Si eres de los que ya peinan canas, al escuchar la palabra kalimotxo tu mente volará inevitablemente a aquellos veranos de tu juventud. Y es que esa bebida tan verbenera, mezcla de vino tinto y refresco de cola, que fue testigo de tantas y tantas noches de juerga, acaba de cumplir 50 años

Conocida también como Rioja Libre, Mochete, Tincola, Cuba Libre del Pobre o Cubata del obrero, su lanzamiento al estrellato de las bebidas populares tuvo lugar el 12 de agosto de 1972 en las fiestas de San Nicolás del Puerto Viejo de Algorta (Getxo) y su responsable, la cuadrilla Antzarrak. 

Al parecer, su nombre surgió como la mezcla, por casualidad. Uno de los integrantes de ese grupo de amigos se apodaba Kalimero (Kali) y otro, Feúcho (feo en euskera se decía motzo) con lo que de la combinación de ambos resultó el nombre de kalimotxo. Esta denominación se extendió rápidamente en los años 80 por la CAV y Navarra y de ahí al resto del Estado. 

Pese a que la imagen más extendida de esta bebida es la de la botella de refresco de cola de 2 litros y la caja de vino, no hay por qué renunciar a disfrutar de un kalimotxo en condiciones.

Un cubito de hielo flota en un vaso de vino. Freepik

Elaboración del 'kalimotxo'

Hielo, vino tinto y refresco de cola... Así de sencilla es la composición del kalimotxo, pero en cuanto a la forma de elaborarla, surge de forma recurrente entre críticos y curiosos la pregunta de cuál es el mejor vino para mezclar con el refresco de cola y las respuestas son siempre de lo más dispares. 

Mientras unos defienden un buen crianza o un tinto de garnacha, otros aseguran que un merlot afrutado es la mejor opción. También están los que se decantan por un vino más corriente, sin denominación de origen. Algunos expertos justifican que lo mejor es optar por un vino joven con mucha fruta y con un toque de madera, ya que al refresco de cola no le hace falta añadir matices extraños.

Respecto a las proporciones, también hay debate sobre si es mejor mantener una proporción de 50% vino 50% cola o si lo más recomendable es darle más protagonismo al refresco, aumentando su presencia en la mezcla a un 60%.

El kalimotxo en si mismo no entiende de calidades vinícolas, sino del disfrute de quien se lo toma. Especialmente denostado en comparación con cualquier otro combinado con cola, seguramente nunca ganará concursos gastronómicos ni se situará entre los cócteles más selectos pero, si te gusta, merece la pena tomarlo, siempre con moderación, bien hecho. Es una bebida barata, sencilla y agradable para el verano si se consume fresquita.

Otras bebidas con vino tinto

Además del kalimotxo, puedes disfrutar de otras bebidas elaboradas con vino tinto. Aquí te presentamos tres propuestas y la forma de prepararlas:

- Sangría. En una jarra vierte media taza de jugo de limón. Agrega una botella de vino (750 ml) por las orillas, sin que caiga directamente sobre el jugo. Añade una taza de fresas y otra de frambuesas y deja reposar por cinco minutos. Si te gusta más dulce, agrega 100 mililitros de jarabe natural y revuelve. Añade hielos y deja que se enfríe antes de servir.

Una jarra y dos vasos de sangria. Freepik

- Tinto de verano. En una jarra vierte una botella de vino tinto (750 ml) y la misma cantidad de refresco de lima-limón. Agrega las rodajas de un limón amarillo y de una naranja, además de hielo al gusto y sirve frío. 

Un vaso de tinto de verano. Freepik

- Clericot. En una jarra vierte una taza de melón, otra de sandía, otra de fresas y otra de manzana picadas en cubos. Agrega una botella de vino tinto (750 ml), 300 mililitros de agua mineral y deja reposar por cinco minutos. Agrega los hielos y prueba. Si prefieres una bebida más dulce, añade poco a poco 100 mililitros de jarabe natural endulzante, revuelve y sirve.

Una copa de clericot con una jarra al fondo. Freepik