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40 años de vida social en El Campillo

El centro ubicado en la parte alta de la colina vitoriana es uno de los primeros espacios cívicos de la ciudad

40 años de vida social en El CampilloAlex Larretxi

Cumplir 40 años no es algo que ocurra todos los días. Por eso, el centro cívico El Campillo ya calienta motores de cara a la conmemoración de su 40º aniversario en 2026, iniciada la semana pasada con una reunión abierta al vecindario y a los colectivos del Casco Medieval. Dentro de este programa, el pasado jueves se celebró un encuentro en el propio centro para recoger aportaciones e ideas de la ciudadanía de cara a la organización de este aniversario.

Inaugurado en junio de 1986, El Campillo fue uno de los primeros centros cívicos de Vitoria-Gasteiz. Aunque la población gasteiztarra lo identifique como tal, no responde al modelo actual de equipamientos integrales que caracteriza a la red cívica contemporánea. El primero de esa nueva generación fue Iparralde, abierto en 1989.

Una usuaria sale del centro cívico de El Campillo

En cualquier caso, el emblemático centro de El Campillo, situado en la parte alta de la colina gasteiztarra, llegó tras la apertura del centro sociocultural de Sansomendi en 1985 y fue seguido por los de Abetxuko y Ariznabarra en 1987. Estos cuatro equipamientos constituyeron el embrión de la actual Red de Centros Cívicos de la capital alavesa, ampliamente reconocida por su modelo de participación ciudadana y convivencia.

“Los centros cívicos son lugares que no solo ofrecen servicios, sino que tejen comunidad”, afirma Miren Fernández de Landa

Tal y como recuerda Miren Fernández de Landa, concejala de Gobierno Abierto y Centros Cívicos, Vitoria-Gasteiz es “una ciudad que ha apostado desde hace décadas por un modelo de gobernanza participativa, transparente y cercana a la ciudadanía”. La edil defiende que “pocas políticas municipales reflejan mejor ese compromiso que nuestra red de centros cívicos”, un conjunto que suma 14 espacios en los que la ciudadanía se encuentra, dialoga, participa, se forma y convive. “Lugares que no solo ofrecen servicios, sino que tejen comunidad”, sostiene Fernández de Landa.

El centro cívico de El Campillo es un punto de referencia para el vecindario del Casco Viejo. Su programación es amplia y diversa: desde actividades de expresión corporal –bailes caribeños, castañuelas, clown, coreografías o sesiones de K-pop– hasta propuestas vinculadas a la danza creativa, las danzas vascas (incluyendo el Gasteizko zortzikoa, el arin-arin y el fandango), y modalidades de yoga o tai-chi para distintos grupos de edad y formatos.

Listado de actividades

También se ofertan cursos de euskera para personas extranjeras y talleres de lengua de signos dentro del programa Gauekoak. En el ámbito artístico destacan el dibujo y pintura infantil, la acuarela, la pintura al pastel o las clases de guitarra. La oferta infantil y familiar se completa con los espacios de ludoteca Ludoclub, Ludohandi, Ludokrea, Ludomix y Ludotxiki. A ello se suman propuestas de bienestar —estiramientos, memoria y autocuidado, prevención de ansiedad y estrés— y talleres sobre dinámicas de grupos adolescentes. El centro incorpora además iniciativas como “El boxeo como medio de expresión artística y emocional”, primeros auxilios pediátricos o patinaje en ruedas en formato abierto. Para completar la agenda, se añaden los talleres de teatro y la propuesta “2x1: Come rico y sano”, orientada a promover hábitos alimentarios saludables.

El Campillo mantiene una programación diversa que abarca danza, expresión corporal, música y talleres artísticos

El Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz quiere, no obstante, dar “un paso más en la comprensión de ese modelo” de centros cívicos. Por ello, trabaja en un estudio que analice el impacto real de estos equipamientos en la vida del municipio: su contribución a la cohesión social, a la salud comunitaria, a la sostenibilidad y, en definitiva, al bienestar de la ciudadanía.

En este sentido, Fernández de Landa señala que “no solo queremos gestionar bien los equipamientos”. La intención es evaluar su valor social y comprender qué papel desempeñan en la reducción de desigualdades, en la generación de confianza institucional y en la construcción de una ciudadanía activa y comprometida.

Con este propósito, el Ayuntamiento ha encargado a la Universidad de Deusto el estudio “Equipamientos de proximidad como factor de desarrollo sostenible y democrático”, cuyo objetivo es analizar el impacto de esta red en la ciudad desde diferentes dimensiones: cohesión social, salud comunitaria, sostenibilidad y calidad de vida.