Síguenos en redes sociales:

Antoni BaenaDoctor en Investigación Psicológica

"No nos han enseñado a desconectar"

Antoni Baena, doctor en Investigación Psicológica, participará el próximo día 28 en Vitoria en la jornada ‘Repárate de Salud Mental en la infancia y adolescencia’

"No nos han enseñado a desconectar"Cedida

"No hay adicción a internet. Lo que existe es una falta de formación en competencias digitales", alerta Antoni Baena,doctor en Investigación Psicológica (2015), director del máster universitario de Salud Digital (E-health) y profesor de los Estudios de Ciencias de la Salud de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), que vendrá a Vitoria para explicar cuál es el impacto real de la tecnología en la salud mental, dentro de la jornadaRepárate de Salud Mental en la infancia y adolescencia que organiza el Ayuntamiento el martes 28 en el Palacio Europa.

¿Cuál es el impacto real de la tecnología en la salud mental?

 –Depende del estudio, pero estamos hablando de que un 85-90% del impacto es positivo. Luego hay un 10-15%, que es negativo y que depende también de la tecnología y de ámbitos.

Cuando se refiere a impacto negativo, ¿de qué estamos hablando exactamente?

–No se ha encontrado que el uso de la tecnología te provoque un trastorno mental, pero sí que en personas que ya tienen un sustrato de algún trastorno mental, puede empeorarlo. Por ejemplo, favorece el bullying. Antes, cuando salías de la escuela, pues se acababa. Ahora estás en casa y no estás seguro porque estás recibiendo mensajes que en las redes sociales se pueden leer, así que se hace acoso constante.

Otra cosa que también se ha visto que es negativa es, por ejemplo, el acoso a las mujeres, que también la tecnología lo facilita. Y mucho más con deepfakes, cuando se ponen cuerpos desnudos y se cambia la cara. Y sobre el impacto de dormir mal, o cuando se sufre insomnio, se recomienda claramente que no se utilice la tecnología dos horas antes, sobre todo en los niños. 

"Los teléfonos móviles que utilizamos tienen opciones de controla los mensajes que te llegan, cuándo y dónde. Y la mayoría no sabe utilizarlos. Luego también se da otro fenómeno con esto, y es que acabamos teniendo un único teléfono para todo"

¿El hecho de vivir en la era de la hiperconexión y de nuevas tecnologías hace que cada vez nos cueste más desconectar?

Claro, es que aquí el problema, por lo menos en mi opinión, es que no nos han enseñado a desconectar. Es decir, se ha tenido que hacer una ley de desconexión digital a nivel laboral para demostrar los derechos que tiene un trabajador de que cuando sale de su trabajo no tiene por qué contestar un email, por mucho que se le diga, Entonces, muchas veces los teléfonos móviles que utilizamos son inteligentes y tienen opciones de controlar, por ejemplo, los mensajes que te llegan, cuándo y dónde. Y la mayoría de personas no sabe utilizarlos. Luego también se da otro fenómeno con esto, y es que acabamos teniendo un único teléfono para todo. 

CÓMO DESCONECTAR

Creo que es partidario de que se tenga o dos teléfonos móviles o uno con dos tarjetas. Una, para uso personal y otra, para el trabajo, ¿no? 

Claro. Lo ideal sería saber separar una cosa de la otra. Ya la mayoría de teléfonos tienen la opción de tener dos tarjetas, una física y una digital para que el trabajo que te llegue lo respondas en horario laboral, cuando te toca. Entonces eso reduciría bastante la hiperconexión. Por eso digo que es más un problema de competencias que de adicción, porque la adicción no se ha demostrado que exista por internet. Puede haber un abuso o un mal uso, pero una adicción no.

Por tanto, hay un trabajo que debemos hacer nosotros mismos.

–De aprender a desconectar, de aprender a utilizar los dispositivos que son realmente muy potentes, de aprender, según la madurez de nuestros hijos, qué tecnología le podemos ir dando acceso más libre, siempre enseñándoles a protegerse desde que son pequeños, porque cuando sean más mayores ya sabrán protegerse de personas que utilizan el anonimato, para pedir dinero, porque están, digamos, engañando a personas mayores de cualquier edad porque no sepan utilizar la tecnología. Eliminar la tecnología no es una solución, lo que hay que hacer es enseñar a utilizarla. 

Y en el caso de la gente que gestiona equipos, ¿hasta qué punto tiene que saber desconectar en comparación con sus subordinados?

–Como tú utilices la tecnología, es como tus hijos acabarán utilizando la tecnología.Y si es un buen gestor de equipos, sabe que esa desconexión lo que te va a hacer es que el trabajo sea de mayor calidad. No hace falta estar diez horas conectado para tener calidad en ese trabajo. A veces, se nos pide más la cantidad que la calidad. 

ESTRÉS LABORAL

¿Y cuáles son las consecuencias psicológicas de no saber desconectar? Porque muchas veces pensamos que por responder dos whatsapps no pasa nada.

"Las típicas de lo que sería el 'burnout' laboral, es decir, ansiedad, dormir mal, malestar estomacal, a veces de sensación de falta de energía porque vas sobresaturado, de falta de concentración..."

–Bueno, las típicas de lo que sería el burnout laboral (por el síndrome del trabajador quemado), es decir, ansiedad, dormir mal, malestar estomacal, a veces de sensación de falta de energía porque vas sobresaturado, de falta de concentración y de procrastinación de muchas cosas que tienes que hacer porque no sabes por dónde empezar. Es cierto que la tecnología en esto, si antes recibíamos 30 emails, ahora podemos recibir 100 al día o más. Y hay mucho ruido. Y ese ruido es tiempo de trabajo. Por eso, a veces, también se enseña en qué horas responder el email o en qué horas no responderlo o incluso algún día en el cual no respondes emails. 

¿Qué otras medidas propone para una desconexión de sus aspectos más negativos?

–Tienes que desconectar realmente de lo que te está provocando malestar, por lo que comentábamos antes, y que estés trabajando mal. Separar claramente de cuáles son aquellas actividades conectadas que te hacen descansar y te provocan placer, que son positivas y de aquellas que dices es que si sigo por aquí, al final, voy a estar quemado laboralmente.

Como el consumo audiovisual, en general, es cada vez más rápido, hasta acortando la duración de canciones, ¿es cierto eso que se dice de que se está reduciendo nuestra capacidad de concentración?

–No es cierto y no lo digo yo. Yo no soy experto en eso, pero, obviamente, me informo y leí un artículo decía que todo el mundo está preocupado por la atención menos los que la están estudiando, los que la están analizando. Es cierto que el scroll infinito, los vídeos cortos, lo que pretenden, sobre todo, es aumentar la publicidad que se pone y el tiempo que se está conectado. Porque cuando se dice que internet es gratis es falso. Es decir, internet vive del tiempo que le dedicamos. Incluso con ChatGPT lo que hacemos es entrenar al algoritmo. Entonces, esto es así. Y cómo la tecnología también hace que queramos saber y ver todo de inmediato.

¿Y qué hay de la ansiedad? ¿La tecnología hace que vivamos con más de ella en general?

–Tampoco hay ningún estudio. Simplemente es que tenemos muchos más estímulos y demás. Entonces, tenemos más capacidad de saltar de una información a otra. Lo que está pasando es que se está analizando más las cuestiones de ansiedad. Es cierto que tenemos unos dispositivos que si antes teníamos que esperar pasivamente a ver una película, ahora van a demanda. Y esto, vuelvo a la idea inicial, hay que enseñar, educar, en qué momentos tenemos que aprender a que no se puede consumir determinados contenidos porque no es adecuado, porque no hace falta aprender a estar en esos momentos en los cuales se desconecta un poco de esa necesidad de continuar. De hecho, hay plataformas que sacan una serie con todos los capítulos de golpe y la gente se los acababa viendo hasta las tres de la mañana. Tenemos más posibilidades que capacidad humana para ver tanto contenido. Y yo creo que requiere eso, un poco de adaptación. No tenemos las herramientas de bloquear o calcular los tiempos de uso y no los estamos utilizando.

 ¿Qué pasa con la inteligencia artificial? Porque ya hay gente que la está empezando a utilizar como si fuera un amigo o un psicólogo.

"Los algoritmos son cajas negras, no sabemos cómo han sido programados. Ahí es donde está el problema"

–Sí, esto sé que preocupa bastante, pero por ahora no se ha visto que tengan un impacto negativo en la mayoría de personas. Seha visto que en los que más lo utilizan, los que lo utilizan más tiempo, sí que puede ser algo preocupante, porque son personas que necesitan una ayuda. Y luego son herramientas que lo único que hacen es darte la razón y darte consejos muy generalistas o poco eficaces, si no están diseñadas realmente o están bien hechas por un profesional de salud o por un psicólogo o una psicóloga que realmente detrás sea el que gestiona los contenidos.

Pero sí que incluso desde aquí, desde el Colegio de Psicólogos de Cataluña, estamos haciendo un estudio para ver cuántas herramientas de este tipo hay y si están provocando alguna problemática, porque hay algún caso recogido, sobre todo en Estados Unidos, de algún suicidio que ha estado potenciado por este tipo de inteligencia artificial porque son herramientas de lenguaje y, obviamente, no tienen moral ni tiene ética. Eso hay que ponérselo y hay que programárselo.

Y ahora mismo parece que adolece un poquito de ello. Puede tener un impacto muy positivo sobre la salud, bien llevado, pero tiene que ser sobre todo con aspectos éticos y lo que no puede ser es lo que está pasando es que se regula a nivel legislativo o se regula a nivel ético a remolque.

Es decir, una vez ha habido problemas, esto se tiene que diseñar previamente y es lo que está fallando, sobre todo porque las empresas van muy rápido y lo que les interesa es el negocio y además muchas veces no piensan desde el ámbito de la ética porque no incluyen profesionales de la salud. Y esto es en lo que se está trabajando ahora, que haya una regulación previa porque. claro, como los algoritmos son cajas negras, no sabemos cómo han sido programados. Ahí es donde está el problema.