La figura del ingeniero aeronáutico y aviador vitoriano Heraclio Alfaro Fournier (Vitoria-Gasteiz, 1893–1962), considerado uno de los pioneros de la aviación en España, ha sido reconocida con un sello emitido este miércoles 15 de octubre por Correos a propuesta del Colegio Oficial de Ingenieros Aeronáuticos de España (COIAE).
Nieto del fundador de la fábrica de naipes Fournier, desde joven mostró gran interés por la aeronáutica. Estudió en Vitoria y Gante y se apasionó por el vuelo cuando, en 1909, presenció los intentos de unos compatriotas por hacer volar una réplica del Flyer de los hermanos Wright.
Con solo 16 años, Alfaro ya construía y pilotaba planeadores. En 1911 se formó como piloto en Francia, convirtiéndose, a los 18 años, en uno de los aviadores más jóvenes del mundo con licencia oficial.
De regreso a Vitoria, participó en la creación de la primera escuela civil de aviación de España y diseñó su propio avión, el Alfaro 2, que voló ante 25.000 personas en 1914. Posteriormente trabajó en Madrid y Barcelona, donde construyó varios aeroplanos militares y civiles y colaboró con ingenieros como Jorge Loring.
En 1920 se trasladó a Estados Unidos, donde trabajó con Orville Wright y más tarde estudió ingeniería aeronáutica en el MIT. Desarrolló una brillante carrera como ingeniero y profesor universitario, con el diseño de aviones, planeadores y motores innovadores.
Entre sus logros destaca el monoplano X-13 y la introducción del autogiro de Juan de la Cierva en Norteamérica, en colaboración con Harold Pitcairn.
A lo largo de su vida registró 24 patentes en Estados Unidos y seis en Canadá.
En 1942 le detectaron párkinson, por lo que regresó a España tras la Segunda Guerra Mundial. Pasó sus últimos años en Madrid y Vitoria, dedicado a la traducción técnica y manteniendo vínculos con la comunidad aeronáutica.
En 1953, se nombró en su honor el Aero Club de Vitoria, como reconocimiento a su decisiva contribución en el desarrollo de la aviación española y mundial.