Síguenos en redes sociales:

Fiestas seguras y sin miedo para ellas

Hay en marcha distintos decálogos para evitar las agresiones sexuales o apoyar a las víctimas

Fiestas seguras y sin miedo para ellasDNA

Una agresión sexual no se disfraza de ligue, ni se justifica con alcohol, ni se silencia con música. Dice la sabiduria popular que La calle es nuestra, pero no para todos y, un año más, la sociedad, de la mano de las instituciones, vuelve a gritar que sin respeto no hay fiestas y que el consentimiento no se negocia. Por eso, las instituciones vascas ya han puesto en marcha distintos decálogos y campañas que, más allá de dar pautas a las posibles víctimas o testigos, lanzan un mensaje directo a quien tiene la tentación de cruzar la línea para garantizar unas fiestas libres de agresiones sexuales. 

Emakunde, EUDEL y las diputaciones forales de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa han dado a conocer recientemente la campaña Beldur Barik Jaiak dirigida a jóvenes en espacios festivos, con el fin de dotarlos de recursos prácticos para identificar y combatir la violencia machista y fomentar un ambiente de respeto y seguridad en todas las actividades sociales y festivas. En este contexto, tal y como ha recordado la directora de Emakunde Miren Elgarresta “somos conscientes de que la prevención de las agresiones sexistas es una preocupación de la ciudadanía en general y de las administraciones en particular por nuestra responsabilidad en la prevención”.

Por ello, desde Emakunde y en colaboración con las tres diputaciones forales y EUDEL ya se ha publicado la guía Beldur Barik para disfrutar de unas fiestas sin agresiones machistas. En esta publicación, se incluyen desde pautas para establecer climas de respeto, hasta indicaciones de cómo actuar ante una agresión, tanto para la propia víctima o para quien pueda presenciarla, además de los recursos de atención más accesibles. Elgarresta ha señalado que “buscamos crear o reforzar dinámicas y procesos de prevención de agresiones en cada localidad, implicando a todos los agentes implicados en las fiestas”.

La guía también contiene un decálogo para poder disfrutar de unas fiestas libres de agresiones machistas. “El objetivo final es que todas las personas puedan disfrutar las fiestas sin miedo y en libertad. Que se garantice el respeto a todas las personas porque nada justifica una agresión machista”, ha remarcado Miren Elgarresta.

La presidenta de EUDEL Esther Apraiz ha interpelado a la complicidad de la ciudadanía para colaborar con las instituciones. “En nuestras fiestas queremos alegría, no miedo; queremos respeto e igualdad, sin discriminaciones ni violencia”. Y ha recordado que la guía “busca concienciar para que cada persona sepa que los cuerpos no se tocan sin permiso. No hay fiesta, no hay baile, no hay encuentro que valga si no hay un ‘sí’ claro y libre”.

CASOS DE VIOLENCIA

Ante casos de violencia contra las mujeres que trascienden a la opinión pública, como agresiones sexuales o agresiones en espacios públicos y privados, las declaraciones del personal político municipal cobran una gran relevancia. Estas intervenciones no solo sirven para condenar los hechos, sino que son una herramienta fundamental para generar una cultura de rechazo hacia la violencia machista. 

El decálogo Así entre las distintas pautas, el decálogo recomienda que las declaraciones deben contextualizar la agresión, evitando referirse a ella simplemente como un suceso o mostrar sorpresa, y en cambio, enmarcarla dentro de la lucha contra la violencia y las políticas de igualdad impulsadas a nivel local. Asimismo, se insiste en destacar que por cada agresión conocida existen muchas más que permanecen ocultas debido a mitos y prejuicios, y que en ningún caso la responsabilidad recae en las mujeres víctimas, independientemente de las circunstancias. También se subraya que las agresiones pueden ocurrir en cualquier espacio, no solo en calles oscuras o apartadas, sino también en el hogar, lugares de ocio o trabajo, por lo que es importante no reforzar ideas simplistas sobre los “lugares de riesgo”.

Otra recomendación clave es evitar perfilar o estigmatizar a los agresores en función de características concretas, como la nacionalidad, y recordar que cualquier mujer puede ser víctima y cualquier hombre puede ejercer violencia machista. Las declaraciones también deben aprovecharse para destacar los avances en políticas de igualdad, acciones contra la violencia, la labor de las asociaciones y ejemplos positivos donde se ha frenado una agresión.

Por otro lado, se aconseja no recalcar si la víctima no ha interpuesto denuncia, pues esta no es la única vía para visibilizar la violencia y en ocasiones puede existir denuncia retirada por presiones. Finalmente, el decálogo sugiere moderar el uso de adjetivos contundentes en las declaraciones, ya que enfatizar lo moral puede distraer del enfoque estructural necesario para abordar la desigualdad y la violencia de género.

apoyos Además, se subraya la importancia de que las mujeres que han sufrido o están sufriendo violencia sean las protagonistas de decidir qué parte de su vivencia quieren que se haga pública. En casos de mujeres asesinadas, se debe garantizar que las familias reciban el apoyo efectivo tanto del entorno como del personal político municipal. Ante cualquier conocimiento de hechos de violencia, es prioritario establecer contacto directo con la víctima o, en casos de fallecimiento, con la familia.

Cabe recordar que en Vitoria las víctimas de agresiones sexuales y violencia machista cuentan con diversos recursos a los que pueden acudir para recibir apoyo y asistencia inmediata. En caso de emergencia, siempre se recomienda llamar al 112, el número único de emergencias, donde se coordina la respuesta policial, sanitaria y social. 

ERTZAINTZA

Además, la Ertzaintza y la Policía Local de Vitoria disponen de unidades especializadas en violencia de género; la Policía Local puede ser contactada en el teléfono 945 16 14 23, mientras que la Ertzaintza ofrece atención a través del número 900 840 111, que también corresponde al Servicio de Atención a Mujeres Víctimas de Violencia de Género (SATEVI) gestionado por Emakunde, el Instituto Vasco de la Mujer.

El teléfono estatal 016 está operativo las 24 horas para brindar atención confidencial y especializada a víctimas de violencia machista, ofreciendo asesoramiento jurídico y psicológico sin dejar rastro en la factura telefónica. 

Espacios de disfrute Por otro lado, desde el Movimiento Feminista de Gasteiz “decidimos hace muchos años combatir las violencias machistas que también están presentes en las fiestas. Entendemos la elaboración del protocolo como un proceso dinámico y cambiante que hemos ido actualizando a través de la experiencia. El protocolo de este año es el resultado del aprendizaje y reflexión colectiva de los intentos y errores habidos a lo largo de estos años, y pretende dar cabida a la prevención y la reparación”. 

El objetivo de este protocolo es definir unos principios, bases y valores comunes que ayuden a combatir las agresiones. Es una herramienta abierta porque las circunstancias y contexto de cada agresión son diversas, según explican. “Asociamos el protocolo a la respuesta inmediata, rápida y automática ante una agresión. Pero no es sólo eso: el protocolo debe ofrecer un imaginario feminista, ofrecer herramientas para tratar de convertir los espacios festivos en seguros y disfrutables y la experiencia nos ha demostrado que la propia existencia del protocolo puede tener una función preventiva. De hecho, el protocolo es un instrumento para asegurar el apoyo de la comunidad a la hora de denunciar o hacer frente a una agresión, creando recursos y herramientas para articular la respuesta colectiva”.

"En este camino debemos hacer especial referencia a la responsabilidad de los hombres cisheteros, porque muchas veces los agresores están en su entorno cercano y pueden tener una función preventiva"

“El compromiso con el protocolo debe ir más allá del Movimiento Feminista, ya que es responsabilidad de todas las personas que participan de una u otra forma en las fiestas, no sólo de les disidentes del sexo-género y de las mujeres. En este camino debemos hacer especial referencia a la responsabilidad de los hombres cisheteros, porque muchas veces los agresores están en su entorno cercano y pueden tener una función preventiva. A menudo los hombres se alejan del agresor porque no quieren ser identificados con él. Pero el entorno también tiene que tener una función en la reparación, tiene que hacer acompañamiento”.