José Luis Isasi

El destino tiene a veces detalles caprichosos como ocurrió con el primer Celedón de la historia de las Fiestas de la Virgen Blanca. Y es que no estaba preparado que José Luis Isasi fuera el primero en engrosar esta lista de gasteiztarras que han encarnado la figura del aldeano de Zalduondo. En su caso fue más bien la casualidad o un accidente. 

En un primer momento se había decidió sacar un muñeco, pero este acabo chocando contra el suelo de la misma plaza. José Luis Isasi no se lo pensó dos veces, agarró el paraguas, lo abrió, bajó al balcón central y se presentó ante las autoridades mientras, de fondo todos los que se encontraban en la plaza esperando al comienzo de las fiestas entonaban la conocida canción “Celedón se ha hecho una casa nueva”. 

Sin quererlo, con este blusa nació una tradición que hoy se mantiene y que en su caso le llevó a ser el protagonista de las fiestas de agosto durante más de dos décadas. Solo faltó a la cita en el año 1976 por los asesinatos del 3 de marzo. Ya en 1980 dio un paso al lado para cederle todo el honor a Iñaki Landa. Tras su fallecimiento fue nombrado Hijo Predilecto de la ciudad a título póstumo.

José Luis Isasi, Celedón Archivo Municipal

Enrique Orive

Enrique Orive no era nacido en Vitoria-Gasteiz, sino en Barakaldo. Eso sí, siempre sintió la ciudad como suya propia desde que vino para cumplir con el servicio militar. Al acabarlo, decidió establecerse como un gasteiztarra más para abrir su negocio y casarse. 

En su caso, su nombre como parte de la historia de Celedón fue más bien breve ya que solo salió como tal en ese recordado año de 1976. Entonces Enrique Orive se ofreció voluntario para salir como Celedón “por mi pueblo, Vitoria, y por la Virgen Blanca”. Pese a que hizo el paseíllo entre pitos y aplausos, él mismo reconoció que fue uno de los días más felices de su vida. 

Todo nació como una idea divertida y un tanto loca de un grupo de blusas. Desde ese momento han pasado cerca de 70 años y la bajada del Celedón se ha convertido en todo un símbolo y el pistoletazo de salida para los días más especiales que se viven en la ciudad. Durante todo este tiempo han sido cuatro los nombres que han encarnado a Celedón.

Todos ellos, salvo Enrique Orive fueron designados por la Comisión por representar y ser la viva imagen del espíritu de las fiestas de la Virgen Blanca. Repasamos sus nombres y trayectoria que han hecho de la bajada del Celedón una de las mejores tradiciones festivas de Vitoria-Gasteiz. 

Iñaki Landa

Las cuadrillas de blusas eligieron sin duda alguna a este mecánico para suceder a José Luis Isasi y entrar a formar parte del afortunado grupo de hombres que han puesto voz y rostro a Celedón a lo largo de su historia. Es más, como siempre ha dicho Iñaki, “fue una suerte y un privilegio encarnar a Celedón durante tantos años de mi vida”.

Iñaki Landa y Gorka Ortiz de Urbina Jaizki Fontaneda

Al igual que José Luis Isasi, Iñaki Landa se mantuvo en el “cargo” durante 20 años. Un largo tiempo en el que siempre que le preguntaban contestaba con orgullo que “representar a todos los vitorianos en ese momentazo de la bajada de Celedón es lo más a lo que uno puede aspirar”. 

Tras dejar paso a Gorka Ortiz de Urbina, a Iñaki Landa se le reconoció en el año 1994 como Celedón de Oro. Una designación en la que todos coincidieron por su larga trayectoria representando lo mejor de las fiestas de la Virgen Blanca.

Gorka Ortiz de Urbina

Durante todo este recorrido por los nombres que han hecho suyo a Celedón, salvo Enrique Orive, todos ellos han coincidido a la hora de encarnar al apreciado personaje durante más o menos dos décadas. Es el caso de Gorka Ortiz de Urbina que dijo adiós a este honor después de protagonizar 21 bajadas (más dos años de interrupciones provocadas por la pandemia).

Iñaki Landa y Gorka Ortiz de Urbina vistiendo a Iñaki Kerejazu Josu Chavarri Erralde

Dos décadas en las que Gorka ha asistido, y muchos de nosotros con él, a la transformación de la bajada de Celedón, a una fiesta cada vez más popular y a unas fiestas que se iban modernizando, pero siempre con una mirada en la tradición y en el origen de este momento que se repite cada 4 de agosto a las 18.00 horas. Su defensa del espíritu de las fiestas de la Blanca, promoviendo un ambiente saludable y, sobre todo, los valores de unas fiestas en igualdad, sirvió para que le otorgasen el premio honorífico de la Cuadrilla de los Txismes.

Hace tres años, el Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz acordó concederle también el Celedón de Oro y en el año 2023 ya dijo que iba a ser su última vez encarnando al personaje. Cedía el testigo a un joven Iñaki Kerejazu al que le une una amistad desde que este último era niño y al que ha visto crecer.