Una decena de presos trabajarán con ancianos en Vitoria desde el lunes 30 en la residencia de mayores San Prudencio, una experiencia que va a cumplir 30 años en una apuesta por la inserción.
Surgido en 1993 como un proyecto social, esta práctica social iniciará la próxima semana la primera de sus dos sesiones anuales, una en verano y otra en Navidad.
Desde el 30 de junio y hasta el 8 de julio, en San Prudencio habrá tiempo para las tertulias, las manualidades, la musicoterapia, el juego y cualquier actividad que favorezca el contacto intergeneracional.
Además, un día se realizará un paseo, adaptado a las personas con movilidad reducida, siguiendo el trazado del Camino de Santiago dentro de la ciudad que, curiosamente, pasa por el CIAM.
Este verano unas 60 personas participarán en este campo de trabajo que ofrece alternativas a la exclusión. Están confirmadas una decena de personas privadas de libertad, una treintena de mayores, seis voluntarias y ocho profesionales.
La Junta de Gobierno Local ha aprobado hoy el convenio que lo hará posible mediante una subvención superior a los 11.000 euros para este año.
Lucho Royero, concejal de Políticas Sociales, ha resaltado que el proceso de inserción a través del trabajo personal y de grupo ha resultado muy exitoso en las tres décadas que lleva en marcha este programa porque, además ser una experiencia positiva respecto a la libertad para las personas presas, las mayores potencian sus relaciones interpersonales y se convierten por unos días en agentes de inserción social.