El proyecto de regeneración urbana que se está acometiendo en Zaramaga ha tenido un importante daño colateral, la desaparición de dos de las creaciones que hace algo más de una década extendieron el Itinerario Muralístico de Gasteiz al popular distrito.
La rehabilitación energética de las fachadas de los edificios que albergaban los murales en memoria de la masacre del 3 de Marzo y de homenaje a las personas mayores del barrio ha engullido ambas obras, ahora ocultas tras sendas pesadas envolturas de cerámica.
Sin embargo, las ganas del vecindario de conservarlas, el visto bueno de los arquitectos y el “buen talante” del Ayuntamiento de la ciudad van a permitir, afortunadamente, recuperarlas.
El proceso de elaboración de la réplica de la primera de estas creaciones, de hecho, ya se encuentra en marcha en el taller de Veronica Werckmeister emplazado precisamente en Zaramaga. La artista, que ha abierto a NOTICIAS DE ÁLAVA las puertas de su espacio de trabajo, lleva las riendas de esta reproducción de la mano de Javier Hernández Landazabal, director del mural original. 45 personas voluntarias trabajan por turnos en su repintado desde comienzos de este junio.
Del taller a la pared
A diferencia de aquella primera vez, cuando No hay presente ni futuro sin memoria se dibujó y coloreó directamente sobre el ladrillo original del edificio, el mural se está pintando ahora en un incontable número de trozos de tela independientes, como si se tratara de un inmenso puzle cuyas piezas serán posteriormente ensambladas sobre la nueva fachada del inmueble.
Salvando las distancias, es un proceso similar al que puede desarrollarse dentro de los domicilios con el papel pintado. “Aunque no soy restauradora, este proceso creo que va a tener más durabilidad que pintar directamente sobre la fachada”, vaticina Werckmeister. En este caso, el equipo se vale de un proyector para reproducir las imágenes en las telas y pintar sobre ellas.
El mural ocupará 180 metros cuadrados, algo menos que el original, lo que ha obligado a Hernández Landazabal –también autor del rediseño– a “mover algunas cosas de sitio para que la composición siga estando bien”, según la artista.
La creación, además, incorporará algunos cambios que servirán para actualizarla a 2025, como la reproducción de una manifestación reciente. La asociación de víctimas Martxoak 3 también está participando en las distintas fases de este proceso, de nuevo participativo de principio a fin.
En marcha
El voluntariado se reúne para trabajar en el taller en grupos de ocho personas como máximo, los lunes, los martes y los miércoles, bajo la atenta mirada de Werckmeister y Hernández Landazabal. Algunas de ellas ya participaron en la creación del mural primigenio, otras lo han hecho en otras obras del Itinerario Muralístico de Gasteiz y otras son novatas, lo que les aporta, si cabe, un punto más de ilusión.
Es el caso de Alex, siciliana de origen y con apenas año y medio de residencia en Gasteiz, quien sin embargo conoce perfectamente lo que ocurrió aquel fatídico 3 de marzo de 1976. “Para mí es muy importante participar en este mural porque emotivamente, empáticamente, me siento muy involucrada”, reconoce esta mujer, quien califica la experiencia como “fantástica”.
Para Mónica, otra de las voluntarias del equipo, la elaboración de la réplica está siendo también un trabajo “súper enriquecedor”. “Cuando ocurrió este episodio, yo estaba viviendo fuera, pero mis abuelos nos contaban que esto parecía la guerra, que tuvieron miedo. No lo viví, pero estar aquí y pintar este mural es un poco un homenaje a las personas que sí vivieron este horror. Me encanta el proyecto de hacer algo bonito, de embellecer la ciudad sin olvidar el recuerdo de lo que ocurrió”, expone esta segunda participante, quien pone en valor la buena “organización” y la “flexibilidad” que están caracterizando este proceso.
Laura, también voluntaria, se muestra “especialmente ilusionada” por formar parte del grupo. Esta vecina ya participó en la elaboración de los murales La Cosecha, pintado en Ariznabarra, y Auzoan Hazi Hezi Bizi, en el colegio Ramón Bajo. Sin embargo, esta nueva obra tiene “una connotación especial” por su “temática e historia”, por todo lo que significa para la ciudad. “Estoy muy contenta e intentando ayudar en todo lo que puedo”, remarca.
Se trata, en sus palabras, de un trabajo “muy meticuloso”, pues “todo tiene que ir muy medido, al milímetro” para que encaje perfectamente en la tela y posteriormente en la pared.
Toca de nuevo preguntar a Werckmeister por la técnica empleada en esta ocasión. ¿Tiene ventajas o desventajas respecto a la original? La artista explica que, como todo, cuenta con sus pros y sus contras.
“El ladrillo siempre es más complicado, especialmente el tema de las letras y las figuras. Y aquí puedes pintar sentado, si llueve puedes seguir pintando y puedes poner musiquita, y no hace falta subir y bajar andamios todo el día. La principal pega es que no vamos a ver el mural entero hasta que lo peguemos en la pared”, apunta la artista. En ese momento, con todo, el equipo podrá realizar in situ los retoques necesarios.
"Un poco más lento"
Cuestionada por los plazos, que incluso apuntaban al próximo julio, Werckmeister reconoce que el pintado de la réplica “va un poco más lento” de lo esperado inicialmente.
“Estamos un poco alucinados de que el otro mural lo pintáramos en cuatro semanas, porque esta es la tercera semana y todavía nos queda mucho. Tenemos el contrato hasta fin de año y lo queremos hacer lo mejor posible. No hay prisa”, apunta la artista. Lo que sí parece claro es que la reproducción estará lista a tiempo para la conmemoración del 50 aniversario de la masacre, que se cumplirá el próximo 3 de marzo de 2026.
Werckmeister reconoce también que la elaboración del nuevo mural “es una gran responsabilidad, tanto por las personas que participaron en el primero, por la comunidad de los vecinos, por la asociación del 3 de Marzo y por todo Vitoria”.
“Esto no es simplemente un trabajo más”, asume la artista, por lo que esta efeméride significa en la memoria colectiva de la ciudad. “Pero hay muchas ganas y poco a poco lo conseguiremos”, remacha la artista.