Jimmy Jazz, Comarca, Gasteiz Bi, Carajo y Glass fueron los cinco primeros locales de ocio nocturno en plantar cara a las agresiones machistas adhiriéndose al protocolo lanzado por el Ayuntamiento de Vitoria en octubre del año pasado, elaborado a partir de un enfoque feminista.
Desde entonces, se pueden ver unas pegatinas colocadas dentro y fuera de los establecimientos, también en los servicios, a fin de que los gasteiztarras puedan identificarlos. Todo ello, para tratar de dar respuesta a situaciones de agresión, acoso, discriminación así como posibles conductas molestas de contenido sexual en contextos de ocio nocturno privado.
Ahora, medio año después, el Servicio de Igualdad del Consistorio gasteiztarra refuerza este plan invitando a los responsables de los establecimientos, y respectivos trabajadores que formen parte de la plantilla, a asistir mañana lunes, 12 de mayo, a una imprescindinble formación en la Casa de Casa de las Mujeres, instalada en el Palacio Etxanobe (calle Santa María, 11).
Los creadores
A cargo de dirigir esta instrucción estarán Abel Huete y Laura Macaya, miembros de la junta directiva de la asociación catalana Genera, que trabaja en defensa de los derechos de las mujeres. Ambos están detrás de la redacción del proyecto, junto con la también miembro de la asociación, Alba Badía. Y es que estos tres profesionales son los artífices de protocolos como No callem ,del Ayuntamiento de Barcelona, Nobody is Normal, del festival de música Primavera Sound así como de los Premios Goya.
De esta forma lo desgrana Huete en conversación con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA. “Es un protocolo que se centra en la atención a la víctima y no tanto en la persecución del delito”, expone en relación al proyecto gasteiztarra.
Nueve principios
Un extenso catálogo que se compone de nueve principios básicos. En primer lugar, se prioriza la atención a la víctima. Seguidamente, se deben de respetar a las decisiones de la víctima. Asimismo, subrayan la no centralización en el procedimiento penal, una rotunda actitud de rechazo a la agresión así como ofrecer información rigurosa, es decir, priorizar tanto respeto a la intimidad de la persona agredida como presunción de inocencia de la persona acusada.
De igual forma, el protocolo se activará prioritariamente en los casos más graves (principio de intervención mínima). Asimismo, Se establece la necesidad de formación de todo el personal sobre violencia sexual y otros comportamientos discriminatorios; además del principio de transformación social y de complementariedad, que viene a decir que el protocolo no sustituye ni excluye posibles acciones legales o policiales.
“Lo más importante es darle un espacio de tranquilidad y acogida a la víctima, rodeada de gente que está formada. Poder escucharla y saber qué es lo que necesita”, subraya el experto en intervención social. Asimismo, señala que también se le ofrece información sobre cómo interponer una denuncia. “En los casos de violación, por ejemplo, es necesario acudir al hospital para que haya un análisis y quede constancia de ello”.
Tres escenarios
Se manejan tres escenarios distintos. El primero hace referencia a las agresiones sexuales graves con violencia o sumisión química y las agresiones sexuales mediante intimidación o coacciones psicológicas graves. Asimismo, el segundo de esos escenarios aborda el acoso sexual mientras que el tercero incide en las discriminaciones, acosos leves y puntuales, así como acciones molestas o desagradables de naturaleza sexual.
En el caso de Vitoria, Huete apunta que el protocolo fue “un reclamo de las entidades” para poder llevar a cabo una formación íntegra en los establecimientos. “Para entender la situaciones y actuar en base a eso”, remarca el profesional.
Protocolo con galardón
Por otro lado, recordar que recientemente, este protocolo se hizo con un premio Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) dentro de la categoría Mejora de la respuesta institucional a través de la coordinación y el trabajo en red.