Mientras se espera la definición del uso que pueda tener en el futuro, toda vez que se ha descartado la última idea puesta sobre la mesa al respecto –y que suponía convertirlo en sede del Museo de Ciencias Naturales de Álava–, el Palacio de Escoriaza-Esquivel ha abierto sus puertas a las Juntas Generales de Álava para que los partidos puedan conocer de primera mano su estado actual, toda vez que ha habido alertas sobre su conservación. 

Hace pocas semanas, este mismo espacio acogió al equipo artístico y técnico de la película Sacamantecas. Este viernes, entre sus paredes han caminado quienes conforman la Comisión de Cultura de la institución territorial. Guiados por personal técnico, los junteros han recorrido las diferentes estancias de este palacio renacentista, uno de los edificios más significativos y llamativos del Casco Viejo. Sin embargo, el espacio necesita de una actuación a fondo para recuperar su esplendor y, sobre todo, requiere de tener una utilidad.