Los tractores regresan a las calles un año después. Lo hacen, en realidad, por los mismos motivos que hace doce meses. Al fin y al cabo, por lo menos desde la Asociación Treviño y Álava por el Campo, se entiende que poco o nada ha cambiado en su situación y que, por lo tanto, es el momento de volver a sacar sus reivindicaciones a las calles y plazas del territorio. Así va a suceder este lunes 10 y este martes 11 en Gasteiz.

“Hace ya un año del histórico día del 6 de febrero de 2024 en el que cientos de tractores se movilizaron para manifestar su malestar por la situación del sector primario. Una mezcla de sentimientos contradictorios recorren nuestra mente; por un lado sentimientos de emoción al recordar esa columna de tractores avanzando al atardecer desde Jundiz por la autovía colapsada, pudiéndose observar una hilera de luces rotativas que se extendían por kilómetros, dirección al aparcamiento del Buesa Arena”, recuerdan desde la agrupación. “Por otro lado, un sentimiento de tristeza por echar la vista atrás y comprobar que, un año más tarde, nuestra situación lejos de mejorar, ha empeorado”.

Ambas jornadas está previsto que las movilizaciones convocadas arranquen en torno a las diez de la mañana

Protestas

Por ello, este lunes a las diez de la mañana, quienes configuran el primer sector alavés están llamados a concentrarse en el aparcamiento de la habitual casa del Baskonia. A la misma hora pero del martes, se hará lo propio aunque tomando como punto de partida Jundiz, en concreto, las inmediaciones que allí tiene Mercadona.

A partir de ahí, ambos días, las tractoradas se harán presentes en la capital alavesa y con ellas los mensajes y las reivindicaciones que impulsa la organización. “La viabilidad de nuestras explotaciones y nuestra seguridad alimentaria están en juego. Sigue siendo necesaria una Ley de Cadena Alimentaria, garantizar una competencia justa y equitativa en el mercado, y regularizaciones rigurosas para productos importados, por mencionar solo algunos de nuestros problemas”, explicitan.

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'Tractorada' de protesta ante la Conferencia Global de Agricultura Familiar en Vitoria hace un año Josu Chavarri

Según describen, “el acuerdo de Mercosur nos amenaza con competencia desleal propiciada por la entrada de productos desde terceros países, donde las condiciones de producción y las medidas sanitarias son infinitamente inferiores a las exigidas en Europa, hundiendo aún más los precios del mercado europeo. Pedimos que se garanticen las cláusulas espejo y se cumplan los estándares de producción para que se compita en igualdad de condiciones”.

Coincidiendo con las movilizaciones de hace justo un año, los convocantes quieren visibilizar que poco o nada ha cambiado

De problemas que parecen generados muy lejos a cuestiones muy cercanas, la organización también señala que “necesitamos urgentemente un control de la población del lobo; estos últimos meses han sido una autentica ruina para los ganaderos afectados por los numerosos ataques. Esto no solo suponen la perdida de un gran número de animales sino también supone una situación de estrés para los animales que logran sobrevivir, lo que se traduce en muchas más perdidas en términos económicos y en términos sanitarios”.

Eso sin perder de vista que “la cabaña ganadera está viéndose muy reducida por los elevados costes de los insumos necesarios para su mantenimiento, afectando esto de forma mas que obvia a los precios y calidad de los productos derivados de esta actividad”.

Granjas solares

Además, se señala como una amenaza creciente “las macro granjas solares” ya que “promocionándose como alternativa verde y ecológica, enmascaran la compra de terrenos de gran calidad agrológica y gran productividad. Tierras estratégicas para la economía de nuestro territorio se verían reducidas a un mar de cemento y hierro siendo la única intención la de aumentar los beneficios de las empresas energéticas”.

“Nosotros apoyamos una transformación energética, pero no así” apuntan quienes también piden poder “limpiar los cauces de nuestros ríos” o recuerdan la barrera para su labor que supone la excesiva “burocracia institucional”. Todo ello “dificulta enormemente el relevo generacional”.