Es la plantilla de Osakidetza que se encarga de gestionar todo el material que entra en hospitales, ambulatorios, centros de salud y administración de Vitoria y todo Euskadi.
Además de recepcionar, registrar y clasificar ese material, reciben cientos de peticiones de las diferentes OSI y servicios, y preparan los pedidos que se reparten por todos los servicios sanitarios a nivel de la comunidad autónoma.
En los almacenes de Osakidetza trabajan 180 personas. Su labor, aunque pasa desapercibida de cara al público, es fundamental para el correcto funcionamiento de toda la Sanidad pública vasca.
Esta plantilla de los almacenes de OSI Araba, que provee de materiales a hospitales y centros de salud, sigue una vez más con las protestas contra la privatización del servicio.
Esta semana han vuelto a repetir la concentración en el Hospital de Txagorritxu.
Tal y como explican los propios trabajadores afectados, hace mas de un año que Osakidetza publicó el proyecto de privatización de los almacenes y la situación es de “incertidumbre y rechazo absoluto” entre los trabajadores.
Teniendo en cuenta que los almacenes son un ámbito en el que más de la mitad de la plantilla es temporal, “el riesgo de pérdida de empleo es evidente”.
Preocupación y creciente enfado en los almacenes
Una plantilla de Osakidetza que una vez más ha salido a la calle, esta vez en Vitoria, para hacer visible su preocupación y creciente enfado por la "incertidumbre y el peligro".
“Queremos dejar clara nuestra completa oposición a la privatización que planea Osakidetza de los almacenes en los que trabajamos", tal y como denuncian los propios afectados en alusión a un "proyecto al que el Gobierno Vasco destinará 129 millones de euros de dinero público para financiar la actividad de empresas privadas".
Los sindicatos alertan de que "el futuro de estas 180 personas que trabajan en los almacenes de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa está en el aire".
“Estamos en un ámbito en el que muchos trabajadores llevan años con contrataciones temporales fraudulentas, realizando trabajos estructurales sin que su plaza haya sido creada formalmente; al mismo tiempo, mucha de la plantilla fija está próxima a jubilarse".
Por lo tanto, la ecuación es sencilla: "dar por finalizados los contratos temporales y no cubrir las vacantes que surjan de la futuras jubilaciones. Y a continuación, dejar el servicio en manos de una tercera empresa. En definitiva, privatizar el servicio", denuncian.
En relación a los trabajadores indefinidos, las centrales explican que se recolocará al personal fijo en otros servicios "ya que tienen derecho a ello", en un ámbito como son los almacenes donde más de la mitad de la plantilla es temporal.