El obispo de Vitoria, Juan Carlos Elizalde, vuelve en este año, su octavo al frente de la Iglesia alavesa, a lanzar un mensaje con el fin de animar a todos los ciudadanos a celebrar las fiestas de la Virgen Blanca, patrona de la capital alavesa.
En una carta abierta enviada a parroquias, comunidades y asociaciones, y que se puede leer de manera íntegra en la web de la Diócesis, apela a ver estos días como “un tiempo de encuentro, de celebración y de profundas devoción a nuestra amada Virgen Blanca”.
Elizalde hace un repaso a la historia de esta advocación mariana “ligada a Vitoria desde su fundación en el año 1181” y afirma que “desde entonces los vitorianos la conciben como símbolo maternal de protección y guía”.
“Ella nos acompaña en nuestras alegrías y es consuelo en los tiempos de dificultad”, dice el obispo, quien resalta que “las fiestas de la Virgen Blanca son una oportunidad para renovar nuestra identidad como cristianos” a la vez que “profundizamos juntos como una gran comunidad los valores fundacionales de nuestra ciudad con el indiscutible carácter religioso de sus días grandes”.
Subraya que “si miramos de manera especial estos días a la Virgen Blanca, seremos capaces de vivir nuestra vida diaria y nuestras relaciones con los demás desde el afecto, la fraternidad, la esperanza y la confianza”.
Estas jornadas, añade, “son también propicias para denunciar aquellas actitudes que no queremos nadie y que no nos gustan para nuestra sociedad como es la violencia. No serán fiestas si hay episodios de agresiones, sin importar el adjetivo que le acompañe”, advierte.
"Estos días son de todos y para todos, sin excepción"
En su misiva recuerda un año más que estos días “son de todos y para todos sin excepción” y apela a la “moderación alejada de excesos, con respeto a todas las edades y situaciones para que nadie quede excluido de la alegría de estas jornadas”.
“Todas las culturas, todas las procedencias, todos los credos y todas las sensibilidades que forman parte de esta gran ciudad han de aprovechar el momento para unirse en torno a las fiestas de la Virgen Blanca”
Resalta que “todas las culturas, todas las procedencias, todos los credos y todas las sensibilidades que forman parte de esta gran ciudad han de aprovechar el momento para unirse en torno a las fiestas de la Virgen Blanca”.
“Recibiremos a muchos visitantes de fuera por lo que la hospitalidad, la acogida y el civismo han de ser las que hablen como reflejo de una ciudadanía madura que sabe celebrar las fiestas de su Virgen Blanca con orgullo y respeto”
El obispo igualmente advierte que estos días “recibiremos a muchos visitantes de fuera por lo que la hospitalidad, la acogida y el civismo han de ser las que hablen como reflejo de una ciudadanía madura que sabe celebrar las fiestas de su Virgen Blanca con orgullo y respeto”.
Actos religiosos
Monseñor Elizalde, en sus palabras, invita a todos los ciudadanos “a participar en los diferentes actos religiosos que se llevarán a cabo todos los días de las fiestas” y hace especial hincapié en las principales como son las “Solemnes Vísperas del 4 tras la bajada de Celedón, la posterior procesión de los faroles ya por la noche, el Rosario de la Aurora en el amanecer del día grande de la Virgen y en la Solemne Misa Pontifical el 5 a las 10.30 horas”.
Además, anima a sumarse al cierre de las fiestas “cantando el tradicional Salve Popular para despedir las fiestas 2024”.
Agradecimientos
Agradeciendo también tanto a la Cofradía como a la parroquia de San Miguel así como al Ayuntamiento, entidades del tejido social vitoriano y cuadrillas de blusas y neskas, el prelado anuncia en su carta que esta edición “será histórica y muy especial” pues por primera vez el Nuncio de Su Santidad en España –cargo civil de embajador del Papa–, monseñor Bernardito Auza, presidirá los principales oficios religiosos del 4 y 5 de agosto.
“Agradezco mucho este gesto para con nuestra ciudad en sus días grandes por universalizar con su presencia las fiestas”.
Bendición
Finaliza su mensaje impartiendo su bendición a todos los vitorianos en estos días previos al inicio de las fiestas no sin antes recordar que “estos momentos en comunidad son una expresión fuerte y firme de nuestra fe inseparable de nuestras raíces” y “una gran manifestación pública de nuestra devoción a nuestra patrona”.
En este sentido asegura que “niños, adolescentes, jóvenes, familias y mayores merecen celebrar todos juntos, en paz y con alegría estos días bajo el manto de la Virgen Blanca”.
Su última reflexión es para “que tengamos presentes a los más pobres, ancianos, enfermos y migrantes en situación irregular”.
Con esta idea asegura el obispo que “de ellos, aún sin ganas ni fuerzas, también son sus fiestas y ellos también tienen una Madre en Santa María la Blanca. La Iglesia estará cerca de ellos estos días”.
El último día de la novena, el sábado 3 de agosto, tras la misa de la tarde, la Asociación de Pasteleros y Confiteros de Álava realizará la tradicional ofrenda de la tarta de la Virgen Blanca en la capilla de la Patrona, un gesto de devoción a la Virgen Blanca y anuncio a la vez del vivo deseo de unos días dulces para todos.