Imagina una tienda que aparece como un destello en un lugar estratégico durante un tiempo limitado. Ya sea en el corazón de la ciudad, en concurridas calles, en bulliciosos centros comerciales o incluso en efervescentes festivales de música, las pop up stores despiertan la curiosidad allá donde se instalan.
En el vibrante mundo del comercio, surge el concepto intrigante de la tienda emergente o 'pop up store'. A diferencia de las tiendas convencionales, estas propuestas comerciales destilan un carácter efímero, inyectando así una dosis de urgencia y novedad en la experiencia de compra.
Las pop up stores se han convertido en una auténtica tendencia, cautivando tanto a empresas gigantes como a emprendimientos más modestos. La apuesta por estas tiendas temporales se fundamenta en el deseo de potenciar la marca y conquistar a los clientes mediante esta propuesta sumamente atractiva.
En Vitoria también lleva un tiempo dejándose notar este modelo de negocio. Locales del centro de la capital alavesa situados en puntos estratégicos ven pasar a distintas marcas de moda, de cosméticos o de otro tipo de productos o servicios.
En esta ocasión es la calle General Álava la que ha visto llegar la 'Pop Up Store' de la firma de moda y complementos 'Icarus'. Con una llamativa decoración de su fachada con globos negros y amarillos, cartelería y atractivas ofertas se han instalado entre los portales 26 y 28 de esta céntrica arteria de la ciudad, en el local que ocupaba hasta hace poco la óptica '+Visión'.
Este efímero negocio abrió sus puertas el pasado lunes y bajará la persiana este domingo por la tarde tras siete días de frenética actividad y el reclamo de poder llevarse 100 euros para gastarse en productos de la marca.
Una tendencia relativamente nueva y con origen en EEUU
Esta fascinante tendencia se gestó en el mercado estadounidense hace menos de dos décadas, buscando sorprender y cautivar al consumidor. El éxito arrollador de estas tiendas se debe a su hábil manipulación de una premisa clave del consumo: la temporalidad.
En el mundo del marketing, sabemos que a los consumidores les encanta acceder a productos exclusivos y que las ofertas efímeras resultan irresistibles. Pero, ¿qué sucede una vez que se agota el tiempo asignado? Desaparecen sin dejar más rastro que el generado en el cliente potencial.
Por ello, el cliente se ve compelido a aprovechar la oportunidad, ya que dispone de escasas semanas para interactuar con la marca en este efímero punto de venta. La urgencia se convierte en el catalizador de un interés que se traduce en compras en muchos casos.
