Al cabo del año, las comisarías e instalaciones de los cuerpos de seguridad que operan en la capital alavesa tienen conocimiento de miles de delitos y faltas.

Los agrupan en epígrafes según su tipología, son investigados por los agentes o unidades correspondientes y, en la mayor parte de ellos, los policías son capaces de dar carpetazo al asunto tras resolverlo y presentarlo ante la autoridad judicial pertinente.

Casos peculiares

Sin embargo, en ese bagaje hay sucesos que ni siquiera pueden ser catalogados al salirse de los cánones habituales y que, dadas sus particularidades, llaman la atención más allá de lo evidente.

Entre este tipo de acciones destaca lo acontecido en el tránsito del 28 al 29 del pasado mes de diciembre en la estación de autobuses gasteiztarra. Entonces, y amparados por la noche, uno o varios individuos fueron capaces de forzar el acceso a la cafetería del recinto gracias a la fuerza motriz de un vehículo que, al incidir sobre la puerta poco a poco, consiguió abrirla.

Pericia de los autores

La pericia de los autores parece que fue excelsa. Ni vecinos ni el guardia de seguridad de la terminal fueron capaces de advertir aquella suerte de alunizaje suave. Gracias a esta nueva fórmula delictiva, los ladrones se hicieron con la recaudación de las máquinas tragaperras del local de hostelería. La caja registradora, sin embargo, se salvó del abordaje, al igual que la recaudación de la máquina de tabacos.

Relato policial

El relato policial de los hechos facilitado a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA indica que el 29 de diciembre, a la madrugada, se produjo un robo con fuerza en la cafetería de la estación de autobuses mediante una técnica similar al alunizaje.

Cuando llegó la Policía Local no se localizó el vehículo utilizado. Los ladrones accedieron al local y sustrajeron los cajetines de las máquinas tragaperras, que contenían un total de 3.500 euros en metálico. La caja registradora y la de tabacos se salvaron del abordaje.

Explicaciones

Este relato y sus datos capitalizaron ayer parte de la comisión de Espacio Público delAyuntamiento deGasteiz. En dicho foro, la teniente de alcaldesa y edil del ramo, Beatriz Artolazabal, dio cuenta de unos hechos que llaman la atención, ya que pese al alboroto que tuvo que producirse, nadie fue capaz de enterarse del modus operandi de los implicados, que dejaron inservibles las hojas de la puerta reventada, ya arregladas por el seguro correspondiente.

Sigilo

El sigilo de los asaltantes debió de ser tal que ni siquiera a través del dispositivo de decenas de cámaras de seguridad (80) que cubre el interior de la terminal, sus dársenas y parte del exterior fue posible detectarlos.

Estado en el que quedó el acceso a la cafetería de la estación de autobuses de Vitoria. Jorge Muñoz

La explicación a tal circunstancia hay que buscarla en la peculiaridad del sistema de videovigilancia. Pese a las decenas de cámaras, sus imágenes solo pueden observarse en dos monitores. Por eso, lo que acontece y es percibido por los equipos de videovigilancia, solo aparece en la pantalla de manera rotatoria, tal y como indicaron ayer fuentes del Ayuntamiento consultadas por este diario.

Grabar los hechos

Lo que sí pudo hacerse, tal y como indicó la concejala, fue grabar los hechos. De ahí precisamente es de donde están tirando los investigadores encargados del expediente para tratar de dar con los autores del alunizaje y resolver el delito. En cualquier caso, la teniente de alcaldesa quiso aclarar que la vigilancia de la estación no tiene entre sus competencias hacer lo propio con la cafetería. Según advirtió ayer Artolazabal, tiene que ser el responsable de la gestión del local hostelero quien se encargue de los sistemas de vigilancia de su negocio.