Aunque no tienen edad para dar la bienvenida al 2024 brindando con alcohol, ya están lo suficiente crecidos para quedarse en casa jugando en el bingo o tener que soportar las largas sobremesas tras las uvas. De ahí que varios locales de Vitoria hayan reeditado la exitosa fórmula de ofrecer a adolescentes cotillones libres de bebidas espirituosas para la primera noche del año nuevo.

El antiguo El Caserón de Armentia, antes de su cierre, fue uno de los pioneros en la ciudad en esta iniciativa que sigue triunfando, con entradas que ‘vuelan’ y que logísticamente también es diferente, ya que, entre otras cosas, al no haber alcohol de por medio, hay menos conflictos y, por tanto, no hace falta meter tanta seguridad.

Por segundo año

Uno de los que los que repite experiencia es el restaurante Olarizu, que empezó a hacerlos por primera vez el pasado año, dado lo bien que se portaron los menores. Mejor, incluso, que los adultos, como destaca Agustín, portavoz de este conocido local de Beato Tomás de Zumárraga, ya que los que peinan canas sí que se desmadran más, en esas contadas veces que salen de juerga al año.

“Espero que se lo pasen igual de bien que el año pasado, cuando fue una pasada la formalidad, la educación y el respeto con el que se portaron"

Agustín - Restaurante Olarizu

“Espero que se lo pasen igual de bien que el año pasado, cuando fue una pasada la formalidad, la educación y el respeto con el que se portaron. Se nos ocurrió hacerlo porque en todos los sitios hay fiestas en Nochevieja, pero los jóvenes, simplemente, no tenían otro lugar al que ir. Así, además, no están haciendo botellón en la calle a esas horas, que en esta época del año, hace mucho frío”, agrega con una sonrisa este amable profesional.

No en vano, aunque son conscientes de que alguno sí que vaya con alguna copa de más antes de acudir a su local, una vez que crucen sus puertas, estará completamente prohibido: “porque son menores. La mayoría tiene 16 y 17 años y lo importante es que no haya alcohol”, recuerda.

En concreto, su pack, por 65 euros, incluye cinco refrescos y recena, pero, esta vez, nada de pizzas, “porque acabaron por el techo, así que este año les vamos a dar de todo menos eso” y, por supuesto, la clásica bolsa de cotillón, con gorro de cucurucho, collar de espumillón y matasuegras.

El mejor complemento festivo para sus trajes, que suelen ser de etiqueta. “El 99% viene de etiqueta, aunque no es estrictamente necesario”, agrega.

Música ochentera, también

Bailarán al son de la música que pinche un Dj y no solo al ritmo del omnipresente reguetón: “Mezcla un poquito de todo: música de los 80, que dime tú a quién no le gusta, y también un poco del chundachunda”.

En El Reservado de la calle Libertad ya son todos unos veteranos organizando estos cotillones sin alcohol para menores, al llevar desde 2019 haciéndolos, salvo los que no se pudieron llevar a cabo debido a las restricciones del covid. En ese primer año, por ejemplo, sus entradas se agotaron en cuatro horas y en 2021, lo mismo pasó, cuando las sacaron a las cinco de la tarde y a las nueve ya no quedaba ninguna.

Para el de este año 2024, en concreto, el precio será de 50 euros (con pre-reserva antes del domingo), y de 55 euros a partir de esa fecha. El ticket incluye cinco consumiciones. No faltará la bolsa de cotillón, la recena de pizzas, el ‘photocall’ para inmortalizar esa noche y sorpresas.

La verdad es que es un éxito. Los chavales se portan genial. Muchos de ellos son recogidos por sus padres en la puerta y la noche transcurre sin incidentes. Por eso es para repetir”, subraya Jorge.

Una fiesta que “ya es una parte más de nuestro negocio, porque trabajamos con ellos, en graduaciones y en un montón de cosas. La venta de entradas para este año ya está casi completa”, precisan desde el Reservado, donde tampoco hace falta ir con etiqueta estricta: “Los chavales, con tal de que no vayan con gorras o chándal, suficiente. No les vamos a pedir corbata, aunque muchos irán con traje porque se lo compran para la graduación”.

"Los chavales no necesitan mucho para divertirse. Con tal de estar juntos y de bailar canciones que normalmente escuchan, no necesitan demasiado. De todos modos, ofreceré una sorpresa que no está en cartel"

Jorge - El Reservado

Y su programación tampoco ha variado mucho “porque los chavales no necesitan mucho para divertirse. Con tal de estar juntos y de bailar canciones que normalmente escuchan, no necesitan demasiado”. A diferencia de los mayores, “que parece que necesitamos un plus. De todas formas, este año voy a hacer una sorpresa a los chavales que no está en el cartel”, avanza Jorge.