El 59% de los ríos alaveses y el 66% de las lagunas y humedales del territorio no cumplen la Directiva Marco del Agua aprobada en el año 2000 como estrategia para mejorar la resiliencia del territorio y mejorar la salud de las personas.
Los estados miembros disponen del plazo de veinte años (plazo que se ha prorrogado hasta 2027), para conseguir, bajo un sistema de evaluación unificado, un estado global bueno de todos los medios hídricos europeos, bien sean ríos, acuíferos o lagunas y humedales.
Por ello, la plataforma Zadorra Bizirik apunta una serie de medidas llamadas a revertir esta situación antes de que, en 2027, venza el mencionado plazo para entrar en los márgenes marcados por la normativa europea, y que son vinculantes.
Propuestas
Así, Zadorra Bizirik plantea definir y delimitar físicamente el alcance del Dominio Público Hidráulico (finalizar el proyecto LINDE del Ministerio de Transición) “para no repetir los errores invasivos del pasado”, así como declarar e implantar con planes de gestión reales las figuras de conservación como Reserva Natural Fluvial o Zonas de Especial Conservación, “para no alterar las masas de agua que actualmente gozan de buena salud”.
Para la recuperación de los ríos, la plataforma propone establecer nuevas fórmulas fiscales y de bonificación, vinculadas al cumplimiento de unas condiciones ambientales que repercutan en la mejora real en el funcionamiento de los ríos, en materia de caudales ecológicos, vertidos, uso de fertilizantes o respeto a la vegetación de ribera.
También propone diseñar un plan para mejorar la conectividad de los corredores ecológicos mediante la eliminación progresiva de los obstáculos fuera de uso pero presentes en los ríos, como presas y azudes.
“Conseguir un estado global bueno implica que además de la composición química del agua, las masas de agua presenten un estado ecológico adecuado, y es aquí donde la mayoría de ellos no consigue el objetivo. Además de garantizar un caudal ecológico y de minimizar la contaminación vertida, es necesario recuperar el funcionamiento del ecosistema acuático; los indicadores biológicos, hidrogeomorfológicos y físico-químicos”, señala Zadorra Bizirik.
“Resulta necesario y urgente –prosiguen en la plataforma–, tomar conciencia sobre la gravedad de la problemática y su relación directa con la salud de las personas, para trasladarlo a políticas de cambio valientes”.
Diagnóstico de URA
Los datos presentados por la plataforma Zadorra Bizirik coinciden con el diagnóstico realizado el pasado mes de septiembre por URA para DIARIO NOTICIAS DE ÁLAVA.
Según la Agencia Vasca del Agua, los embalses del territorio alavés presentan un buen potencial ecológico, es decir, cumplen los objetivos medioambientales que marca la normativa, pero el resto de zonas húmedas, lagos, lagunas, balsas y charcas no lo hacen a día de hoy.
De hecho, solo aprueban tres: Salinas de Añana, la Charca de Monreal, en Zuia, y la Laguna de Carralogroño, en Laguardia; y los seis restantes suspenden.
Se trata del lago de Arreo, en el municipio de Lantarón; las balsas de Arkaute y Betoño, en la capital alavesa; y parte del complejo lagunar de Laguardia: Carravalseca, Prao de la Paul y Musco. De todas ellas, puede decirse que el peor resultado se lo lleva la balsa de Betoño, en el encharcamiento de Salburua.