Los restos de hasta 130.000 fallecidos descansan de manera reglada en alguno de los dos cementerios que dan servicio a la capital alavesa en estos momentos. Esa es la cifra que acumulan Santa Isabel y El Salvador desde su creación hasta la actualidad, cada uno de acuerdo a sus capacidades, estructura y características.

Así lo indica Kepa Arza, responsable de los camposantos de la capital alavesa en conversación con DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA.

Zaramaga y Otazu

Sin duda, la necrópolis monumental ubicada entre Zaramaga y El Pilar, y casi engullida por la trama urbana de una ciudad que no ha parado de crecer urbanísticamente en los últimos decenios, es la que acoge los restos de los grandes apellidos que han dado (y dan) lustre a la sociedad gasteiztarra.

Ahí reposan desde el General Álava hasta el esclavista Julián Zulueta, pasando por la familia Alfaro Fournier o Justo Antonio de Olaguíbel, entre otros, sin olvidar al denostado Sacamantecas, apodo de Juan Díaz de Garayo, el asesino en serie más sanguinario que ha conocido Gasteiz y sus alrededores.

Cementerio nuevo

Por su parte, la instalación de Otazu, creada en 1973, precisamente por la falta de espacio en la necrópolis decimonónica, guarda en su seno cada vez a mayor número de gasteiztarras, ya que dispone de mayor capacidad y terreno destinado a tal efecto en aquella zona ubicada a unos cinco kilómetros del núcleo urbano consolidado.

1.300 cuerpos al año

En total, según la información facilitada por el Ayuntamiento de Vitoria a este rotativo, la instalación de El Salvador acoge cada año los restos de alrededor de 1.000 personas, incluidas las que optan por la cremación, que cada vez es más numerosa.

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En imágenes: Un paseo entre tumbas en Vitoria Alex Larretxi

Por su parte, Santa Isabel se ciñe a su política de numerus clausus. Es decir, solo acoge los restos de aquellos que disponen de la propiedad o disfrutan de la concesión de panteones y sepulturas familiares, ya que no hay espacio para nuevas contingencias. Todo ello se traduce en la admisión de los restos de alrededor de 300 vitorianos cada año.

Disponibilidad

Todo ello es posible gracias a que El Salvador en la actualidad cuenta con 8.000 nichos, 6.000 sepulturas y casi 300 columbarios. En Santa Isabel, la disponibilidad se adapta a las 3.300 sepulturas existentes, tal y como explican fuentes del Ayuntamiento de la capital alavesa.

Problemas diferentes

En cualquier caso, y pese a la consolidación de ambos espacios, la verdad es que cada uno presenta características muy concretas que los definen claramente. Por ejemplo, Santa Isabel encuentra problemas derivados de su monumentalidad. Los tiene con los árboles que dan vida al espacio y que en su crecimiento han invadido el espacio reservado para sepulturas muy concretas.Ahí el Ayuntamiento está estudiando la posibilidad de hacer permutas a las familias afectadas. Otro gran problema de esta necrópolis es la degradación de alguno de los panteones, bien, afectados por el paso de los años, bien perjudicado por el abandono, ya que los herederos del espacio pueden haberse desentendido de él. “Aquí podemos hablar de hasta 9.000 titulares”, indica Arza. ElSalvador, por su parte, ya ha solucionado los problemas de drenaje que ha padecido hstóricamente y que tantos quebraderos de cabeza dieron a sus responsables.

Lógicamente, la llegada de nuevos restos no implica que tengan que compartir espacio con todos los precedentes. El caso es que estos, al pasar el número de años adecuado, se trasladan a osarios y depósitos habilitados a tal efecto.