"Me parece que hemos llegado demasiado pronto”, decía pasadas las nueve y media de la mañana de este domingo Satur García, el filántropo galardonado en 2010 con el Celedón de Oro “por su lucha en favor de los marginados” al txistulari Joseba Bedia, reconocido con este mismo trofeo en 1983, que esta asociación cultural solo concede a aquellas personas o entidades que hayan destacado por sus reconocidos servicios a la ciudad de Gasteiz.

Lo hacía nada más llegar al cementerio de Santa Isabel donde a partir de las diez de la mañana ha tenido el emotivo acto que cada 6 de agosto los Celedones de Oro dedican en las fiestas de La Blanca a quienes ostentaron este galardón ya fallecidos, en colaboración con la Cofradía de la Virgen Blanca.

“Para los que somos Celedones de Oro es un día señalado porque este premio no lo tiene cualquiera"

“Para los que somos Celedones de Oro es un día señalado porque este premio no lo tiene cualquiera. No nos lo podemos perder, quitando los que están malitos como Javier Cameno o José Antonio Zabalza, que tampoco viene. Es para nosotros un día sagrado”, destacaban.

Poco después, se acercaba el presidente de los Celedones de Oro, José Mari Vélez de Mendizabal, que como explicaba a este diario, “Celedones de Oro nominativos seremos 40 y aunque no es que seamos muchos, hoy nos juntamos un porcentaje importante. Aproximadamente, seremos un 60-70% porque hay otros que están malitos”.

"Más de corazón"

Es por eso que tuvo unas sentidas palabras también para esos que se encuentran enfermos durante el acto de recuerdo, bajo la cruz principal, así como a los que perdieron la vida y se encuentran enterrados en Santa Isabel. “En realidad, es un acto más de corazón que religioso, al ser un recuerdo cariñoso hacia todos ellos”, matizaba.

“Los que hemos recibido el Celedón tenemos una edad alta y es normal que estemos enfermos"

Si bien, este año, han tenido la gran suerte de no tener que lamentar la pérdida de ningún miembro más

“Los que hemos recibido el Celedón tenemos una edad alta y es normal que estemos enfermos, en el dique seco. Sin embargo, en la asociación somos más de 100 socios, porque aunque no han sido galardonados, se les ha invitado a formar parte de la misma, aunque a este acto no suelen venir. El Celedón de Oro es un galardón que no lo recibe todo el mundo. Aquí venimos los que tenemos el pañuelo bordado con nuestro nombre”, resaltaba Vélez de Mendizabal.

Música y oración

Finalmente, cuando el reloj marcó las diez, bajo la cruz central de Santa Isabel, comenzó la música y la bendición del párroco: “Que haya también mucho corazón de oro fuera, no solo con este grupito”, deseó tras mostrar su agradecimiento a los Celedones de Oro por construir “una sociedad mejor” y orar por sus miembros fallecidos.

Tras ello, a las 11.30 horas, se acercaron a la iglesia de San Miguel, Santuario de la Virgen Blanca, donde, tras la eucaristía, impusieron los pañuelos a sus dos nuevos galardonados: Elisa Rueda, que se le concede por difundir la poesía y fomentar su lectura y escritura, y Gorka Ortiz de Urbina, que ha encarnado hasta este 2023 a Celedón durante 21 años seguidos. Por ello, distintos colectivos venían informalmente sugiriendo la conveniencia de galardonar a quien desde 2001 ejerce de Celedón.

El próximo 27 de septiembre en el Teatro Principal, Rueda y Ortiz de Urbina recibirán este trofeo del Celedón de Oro, el premio popular más tradicional que se concede en Vitoria desde 1962.