El Ayuntamiento de Vitoria pone en marcha en octubre una nueva edición del programa que anualmente analiza la salud de los suelos. El Centro de Estudios Ambientales (CEA) prevé muestrear este año 25 parcelas diferentes del municipio de Vitoria. La mitad son zonas boscosas, terrenos a restaurar en Jundiz, y el resto pastizales, huertos urbanos y huertas privadas. En los muestreos ayudará una decena de voluntarios de la Red de Ciencia Ciudadana, explica a DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA su responsable, Gorka Belamendia.

La iniciativa de implicar a la ciudadanía gasteiztarra tuvo muy buena acogida al inicio del programa, con hasta 23 personas voluntarias, luego “no hemos conseguido índices de fidelización”, lamenta Belamendia. “Seguramente porque tampoco hay variaciones importantes en el estado de los suelos de un año a otro, entonces, quien ya ha analizado sus terrenos un año se va desvinculando”, interpreta.

No obstante, el técnico del CEA se muestra optimista y augura un largo recorrido al programa de análisis de suelos ya que las políticas medioambientales europeas cada vez van a dar cada vez más valor a este indicador. “Pronto empezaremos a ver más programas como éste en marcha”, augura.

Además, recuerda Belamendia que para participar no es necesario tener una parcela, ya que el Ayuntamiento da puntos a muestrear a toda persona que quiera apuntarse. “Queremos que se anime la gente a participar”, invita el técnico del CEA.

Con el análisis de los suelos del municipio, el CEA persigue seguir fomentando la colaboración ciudadana en tareas de conservación y protección de los suelos, además de favorecer el conocimiento del estado ambiental del municipio a través de los datos reportados por cada participante en el programa Red de Ciencia Ciudadana. A lo largo de todas las campañas realizadas se han realizado más de 300 muestreos.

La valoración general de Belamendia por lo hecho hasta el momento en bosques, terrenos agrícolas cultivados, huertos y huertas, pastizales y suelos degradados es que “se nota una mejoría dentro de los suelos degradados gracias a la plantación de vegetación que ayuda a sustraer as sustancias nocivas, lo que se denomina fitorremediación”, apunta.

Herramientas y nota final

Pero también que a la mayor parte de los suelos del municipio le falta materia orgánica debido a que ya son muchos años de sustituir, por ejemplo, los excrementos de animales por fertilizantes. Además, “no hay materia orgánica en el mercado ni de animales ni paja...”, lamenta. De esta situación se salvan únicamente los terrenos boscosos debido al compostaje natural que se produce con la caída de las hojas, etc.

El suelo es un recurso natural que desempeña multitud de funciones, muchas de ellas vitales para el ser humano, como la provisión de alimentos, el reciclaje de nutrientes y la regulación de la calidad del agua y del aire. A pesar de ello, se desconoce en gran medida el estado de salud en que se encuentra.

En ese contexto, el programa de Ciencia ciudadana de conservación de suelos tiene como finalidad conocer y diagnosticar la salud de los suelos de Gasteiz. Para ello, tras unas sesiones formativas, el CEA facilita a las personas participantes una herramienta llamada tarjeta de salud de los ecosistemas agrícolas (TSEA), que permite diagnosticar su estado y el impacto de la agricultura en su evolución.

Una vez analizados los datos, se asigna una nota a cada parcela, que se obtiene mediante el promedio de un conjunto de indicadores concretos que valoran el estado fisico-químico, la biodiversidad, el vigor del cultivo y su contribución a la mitigación del cambio climático. Y se dan ciertas pautas sobre qué medidas adoptar para mejorar su salud. “Nos preocupa la necesidad que tenemos de conocer nuestros suelos y de mejorar su calidad”, incide Belamendia.

Suelos degradados y forestales

El instituto vasco de investigación y desarrollo agrario Neiker publicó en abril los resultados de los muestreos realizados el año pasado. Como resumen, a diferencia de los cuatro años anteriores, en 2022, la mayoría de los muestreos fueron realizados en suelos degradados y forestales en lugar de en huertas y cultivos.

En general, el análisis corrobora los resultados obtenidos en campañas anteriores. Las conclusiones extraídas son que las huertas y cultivos obtienen los mejores diagnósticos, mientras que los suelos degradados y los bosques sacan las peores notas. No obstante, las parcelas estudiadas en 2022 muestran un diagnóstico general adecuado y con resultados similares a los de ejercicios anteriores.

El pasado año se evaluaron 70 parcelas, 39 en primavera y 31 en otoño). Algunos de los terrenos analizados se ubican fuera del municipio de Vitoria, en Elgea-Ozaeta, Santa Cruz de Campezo y Paul, ya que aunque es un programa municipal de Gasteiz, se abre al resto de Álava.

Respecto a los usos de los suelos, en primavera, la mayoría fueron suelos degradados, mientras que los suelos forestales predominaron en otoño. Las huertas y los cultivos muestreados fueron muy pocos y no se tomaron muestras de ninguna pradera.

Los suelos degradados obtiene la peor nota en biodiversidad, conservación del suelo, mitigación del cambio climático y salud global, seguidos muy de cerca por los bosques. En cambio, las huertas y los cultivos obtiene un mejor diagnóstico.

No obstante, “hay que ser cautelosos al interpretar los resultados del año 2022 –advierte Neiker–, ya que la proporción de bosques y suelos degradados muestreados es considerablemente mayor que la de huertas y cultivos”, subraya en su evaluación.