La Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) es un acontecimiento creado y promovido por la Iglesia católica. Reúne a cientos de miles y en ocasiones a millones de jóvenes de diversas partes del mundo, que acuden junto al Papa para escuchar sus pareceres y para renovar su fe.

Este año, la cita ha tenido lugar en Lisboa. Allí acudieron 71 alaveses junto a más de 1.5 millones de jóvenes procedentes de 151 países, que se desplazaron hasta la capital portuguesa para disfrutar del evento.

Este, celebrado cada tres o cuatro años, no tiene ni fecha ni sede predeterminada. Este año se desarrolló del 2 al 6 de agosto. La pasada edición se celebró en el año 2019, en la Ciudad de Panamá, y la siguiente se llevará a cabo en Seúl, en 2027.

 Marta Añorbe (26), Telma Karanka (15), María del Pozo (15) y Elena García (22), junto a  Nacho Rodríguez, párroco de la iglesia de San Juan de Judimendi

Marta Añorbe (26), Telma Karanka (15), María del Pozo (15) y Elena García (22), junto a Nacho Rodríguez, párroco de la iglesia de San Juan de Judimendi Josu Chavarri

DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA se ha puesto en contacto con cuatro de los alaveses que estuvieron en Lisboa. Son Marta Añorbe (26), Telma Karanka (15), María del Pozo (15) y Elena García (22), que junto a Nacho Rodríguez, párroco de la iglesia de San Juan, de Judimendi, accedieron a hablar con este medio para conocer de primera mano cómo se vivió el evento religioso desde dentro.

La JMJ arrancó el día 2 de agosto, pero ya desde el 26 de julio las jóvenes pusieron rumbo junto a sus compañeros a la ciudad portuguesa de Viseu, donde estuvieron conviviendo con unas familias de acogida desde ese mismo día hasta el primero de agosto.

Las cuatro jóvenes alavesas vivieron muy nerviosas los instantes previos a subirse a los autobuses estacionados en el parking de Mendizorroza. También explican que tenían muchas ganas de ver qué acontecería. Iba a ser la primera vez que acudían a este evento, salvo en el caso de Elena, que asistió a otro JMJ en 2016, celebrado en la ciudad polaca de Crackovia.

La estancia en Viseu la aprovecharon para desconectar un poco y para hacer turismo por los pequeños pueblos de los aledaños. Marta Añorbe destacó entre ellos una aldea llamada Santa Comba Dão por la belleza de sus iglesias y de sus ruinas romanas.

Tras permanecer cerca de una semana en la ciudad portuguesa de 100.000 habitantes, las alavesas pusieron rumbo al JMJ al que tanto estaban esperando desde que presentaron la solicitud en el mes de diciembre. El precio del mismo ronda los 550 euros con todo incluido, teniendo en cuenta la semana previa también.

EL Origen de la JMJ

Este multitudinario evento nació en 1984 de la mano del papa Juan Pablo II. Desde entonces este llamamiento del pontífice a los jóvenes (creyentes o no) de todo el mundo no ha cesado. Uno de los principales objetivos de la Jornada Mundial de la Juventud es dar a conocer a todos los jóvenes, sin exclusión, el mensaje de Jesús y celebrar juntos que se puede hacer un mundo mejor, más solidario, más fraternal y más humano.

El acto inaugural comenzó sobre las 18.00 horas en el Campo de Graça. La bienvenida a los jóvenes y a todo el personal estuvo marcada por las palabras del papa Francisco. Para las jóvenes alavesas, tener la oportunidad de conocer y de volver a ver al Papa supuso una alegría y una felicidad enorme. “Yo fui a Roma y lo pude conocer hace seis años, pero en aquella ocasión no lo tuve tan cerca como en esta última, donde lo tuvimos a dos metros. Fue muy emocionante tenerlo tan cerca, porque has oído hablar mucho de él y estar a prácticamente dos pasos fue increíble”, asegura emocionada Elena García. “En cuanto lo vi se me puso la piel de gallina, me transmitió muchas emociones”, afirma María del Pozo.

Fue tanta la expectación que generaron las imágenes de la televisión que incluso hubo tres personas que se pusieron en contacto con la diócesis de Vitoria para preguntar si aún había plazas disponibles para ir. La respuesta fue negativa, pero se les abrió la posibilidad de acudir en la siguiente edición.

Dejando a un lado los actos de bienvenida, las celebraciones grandes y el acto de clausura celebrado en el Campo de Graça, la mayoría de las actividades se desarrollaron en los diferentes puntos de la ciudad portuguesa.

La imagen que se asocia a un festival no tiene nada que ver con el JMJ, donde las estrellas son los Dj o los artistas urbanos más famosos del mundo. El gran protagonista de este evento religioso fue, es y será el Papa, como lo fueron Juan Pablo II, Benedito XVI, y ahora Francisco. | FOTOS: EFE / J. CHAVARRI 2 Un reportaje de Luis Hernández f Fotografía Josu Chavarri / Efe

El día a día

Nacho Rodríguez resumió de esta forma cómo era la rutina que llevaron a cabo en los días del evento. “Las mañanas eran de reflexión, nos juntábamos en un sitio todos los españoles y teníamos un rato para concienciarnos sobre varios temas. Por ejemplo, el del primer día fue la ecología y el del segundo, la misericordia. Posteriormente celebramos juntos la misa y después, comíamos e íbamos a Lisboa para realizar las diferentes actividades,“ explica el párroco.

La delegación alavesa se hospedó junto al resto de españoles en Cascais, una localidad del área metropolitana de Lisboa, a 45 minutos de la capital. Para poder ir a la ciudad debían hacerlo en tren, pero el inmenso tráfico de personas dificultó esa tarea. Acudir a las visitas y a los diferentes actos en esas condiciones supuso una tarea idónea para poner a prueba la paciencia de la persona más calmada, como relataron las cuatro jóvenes.

Una vez en la ciudad lusa, el abanico de actividades que hicieron fue bastante amplio, siendo este desde una visita turística por la ciudad, hasta acudir a conciertos como el de Hakuna, o a festivales como el de los influencers católicos. Junto a esto, en el programa de actividades no podían faltar las de carácter religioso, como las oraciones, las charlas y las confluencias en puntos concretos de la ciudad. A estas se les sumó la visita a La ciudad de la alegría, un espacio donde se unían muchas órdenes y movimientos católicos de la Iglesia, lo que les permitió ver lo grande y diversa que es esta.

Un grupo de jóvenes en la JMJ que se celebra estos días en Lisboa. EFE

A la hora de remarcar un momento, las cuatro alavesas no dudaron ni un segundo en subrayar el último día como el mejor, el de la vigilia del Papa. Ese seis de agosto arrancó con el autobús dejándolas cerca de la entrada del recinto donde se celebraban los grandes actos con el pontífice, en el ya mencionado Campo de Graça. Sin embargo, se encontraban muy lejos del sector que tenían asignado, por lo que tuvieron que recorrer a pie casi cinco horas hasta llegar a este.

Esa caminata no supuso mayor problema para Telma Karanka, que explica que “por mucho cansancio que tuviera y después de haber estado dos semanas sin parar, nunca pensé que fuese a estar tan activa tras llegar a la vigilia”.

Tras la vigilia, el evento finalizó con el papa Francisco asistiendo uno por uno a todos los sectores y agradeciendo tanto a los jóvenes como al resto del personal su presencia y su gran labor realizada, no sin antes revelar la fecha y el lugar de la siguiente JMJ: Seúl 2027.

Fiestas de la blanca en Portugal

Elena García relata entre risas cómo se encontraron en una de las catequesis a un grupo de chicas vitorianas, las cuales llevaban pegatinas de las diferentes cuadrillas de blusas. Allí estuvieron rindiéndole homenaje a Celedón, desde el corazón de Portugal.