La víspera de San Prudencio toca cenar caracoles en salsa de tomate con taquitos de chorizo y jamón, y revuelto de perretxikos en la sociedad gastronómica Zapardiel. Manda la tradición. José Antonio Arberas ya tiene preparadas las cazuelas en los fogones del txoko de la calle Herrería. “Coger caracoles en el campo hace años que está complicado porque cada vez hay menos, así que los compramos de granja, vienen más limpios y cuesta menos cocinarlos, es más cómodo; como compramos cantidad, nos cunden y tenemos para comer al día siguiente”, detalla.
Este año, al parecer, San Prudencio llega sin agua, para lamento de muchos alaveses. “Que el santo meón no mee ni el día de San Prudencio... hasta nosotros le pediremos agua porque hace muchísima falta”, apunta Arberas, confiado en que la lluvia no lastre la tamborrada.
Tras los preparativos culinarios del miércoles, los socios se preparan para la tamborrada de hoy, un acto muy relacionado con las sociedades gastronómicas. “La víspera de San Prudencio es el día grande de las sociedades gastronómicas en Vitoria, y como día grande, hay que darlo todo a todos los niveles, que se nos vea bien y a disfrutar de esta noche, pese a que de Zapardiel saldremos menos que otros años”.
“Herrería es, probablemente, la calle con más sociedades gastronómicas”
La víspera de San Prudencio siempre cenan caracoles, revuelto de perretxikos, ensaladas y carne o pescado, este año toca carne. “Y un buen postre que siempre nos prepara Maite, la viuda de Alberto López de Ipiña, una maravillosa repostera que cada año nos sorprende con un buenísimo postre”, ensalza. “A la tamborrada hay que salir ya cenaditos porque hay que aguantar un buen rato dando guerra en la calle; luego, cuando termina, recenamos o picamos algo”, confiesa.
Al día siguiente, festividad del patrón, Arberas se levanta temprano y puntual camina hasta las campas de Armentia. No falla. “Ver los puestos, comprar rosquillas, tomar unas sidras y... lo que toque; depende del año, comemos en el txoko o en casa”, describe. El día 28, a las cinco y media de la tarde tiene que estar disponible para acompañar a los niños y niñas en la tamborrada txiki. “Nos encargamos de los más pequeños, para que no se despisten del recorrido”, dice. También este popular desfile ha tenido años más flojos que otros. “Por lo que he visto en los ensayos, parece que este año hay savia nueva, y es importante que desde pequeños vayan entrando en la fiesta”, se congratula.
Una vez superado el día grande las fiestas patronales de Álava, Arberas cocina en el concurso gastronómico de San Prudencio que se celebra en la Plaza de la Provincia, una cita que ya cumple 59 años. Cada sociedad prepara su plato, además del obligado revuelto de perretxikos y el guiso con la patata como protagonista del 1 de mayo en Estibaliz. Además, el día de la patrona hay una degustación gastronómica organizada por Boilur, la federación de sociedades gastronómicas de Álava que Arberas presidió cuatro años.
Con la romería al santuario, Arberas cuelga el gorro de cocinero hasta la fiesta de la vecindad de la Herre, “probablemente, la calle con más sociedades gastronómicas del mundo, una doce o catorce”, cuenta. “Sólo en nuestro tramo, entre la Fuente de los Patos y Doña Ochanda somos cinco: Burduntzi, la Ciclista, Zapardiel, Txipristin e Iturriondo”, enumera.