Responsable de la asociación Konexio-ona y especialista en Entornos virtuales, Rosana Perea asegura que la clave para eludir los peligros que acechan dentro de las pantallas digitales está en apoyar a padres, madres con información contrastada, fiable y precisa sobre lo que está ocurriendo en el entorno virtual de sus hijos.

Por eso, en las charlas y talleres que ofrece, desgrana los contenidos que a cada edad enganchan a los menores. “Necesitan conocer para educar con mayor seguridad”, considera.

Las pantallas como chupete digital es el nombre de una de las actividades. Rosana Perea parte de la base de que los progenitores están comprometidos con la educación de sus hijos e hijas. Sin embargo, “vemos una gran fatiga parental en la mayoría de los hogares”, descubre Rosana Perea.

Se refiere a la dificultad para conciliar, la elevada autoexigencia como progenitores, el acelerado ritmo de vida y el frenético día a día. “Esta situación es el caldo de cultivo ideal para que las pantallas se instalen en los hogares convirtiéndose en el nuevo chupete digital que entretiene, calma, tranquiliza a los bebés y da descanso a las personas cuidadoras”, advierte.

“La infancia se ha convertido en un importante foco de mercado invadido de contenidos que se presentan como educativos; sin embargo, ¿realmente lo son?, ¿cuándo educan las pantallas?, ¿cuándo entretienen?, pregunta. ¿Qué tiene en común Pocoyó con Fornite o Fifa, dos de los videojuegos más populares? y ¿qué estrategias se usan para captar la atención?, se cuestiona.

En Konexio-ona estudian las pantallas más vistas por niños de 4 a 8 años. “Nuestro objetivo es fomentar un pensamiento crítico en las figuras parentales, que les ayude a criar con seguridad y confianza en materia digital, alejándose de patrones meramente consumistas”, señala.

Su primer móvil, ¿y ahora qué?

A partir de los 9 años es cada vez más habitual que niños y niñas accedan a su primer móvil.

“No se puede generalizar ni determinar una edad ideal para permitírselo, ya que cada persona tiene su ritmo y circunstancias; sin embargo, sí creo que conviene ofrecérselo mientras se deja acompañar, cuando la opinión y las indicaciones de las figuras parentales son todavía su primer referente. Ahí tenemos una oportunidad de oro para fomentar un pensamiento crítico hacia el mundo virtual, acompañándoles en sus primeras exposiciones e interacciones virtuales. A esta edad, los controles parentales ya no funcionan” advierte.

“No se puede generalizar ni determinar una edad ideal para permitir el primer teléfono móvil"

Rosana Perea - Responsable de Konexio-ona

“Hemos hecho un estudio con 394 personas de 10 a 12 años sobre ocio digital y se aprecia un mayor tiempo de exposición en los hogares con nivel socioeconómico más bajo. En una etapa tan delicada como ésta, cada vez es más habitual vivir una realidad virtual paralela en la que los chavales se van creando una identidad ideal que no se corresponde con su vida real. No están a gusto con su imagen, viven pendientes de la opinión de los demás, quieren ser youtubers, influencers o gamers y su vida se vuelve monótona y lenta si no es al ritmo acelerado de una pantalla; la infancia se sexualiza, la necesidad de consumo aumenta, hay baja tolerancia a la frustración, dependencia a videojuegos y, a veces, soledad y tristeza”, enumera.

“Vemos muy necesario trabajar tanto con padres y madres como los menores”, resalta.