Álava tiene ganas de Tour. Buena prueba de ello es la acogida que tuvo ayer el evento “Ongi eTOURri”, el prólogo de una auténtica fiesta del ciclismo que vivirá la población alavesa en apenas 99 días. Desde primera hora de de la tarde, el centro de la ciudad se tiñó del característico color amarillo del Tour y fue sumando a centenares de familias hasta la noche, que tuvo su colofón en un espectáculo de luces y sonido.
La Plaza de la Virgen Blanca, que congregó a gasteiztarras de todas las edades desde primera hora de la tarde, entró en calor con las diferentes actuaciones que se ofrecieron cerca del emblemático monumento a La Batalla de Vitoria. El entrante del evento fue una gymkana en la que jóvenes ciclistas de los clubes alaveses superaron pruebas repletas de obstáculos. Niños y niñas de distintas edades representaron la cantera ciclista alavesa y recibieron los primeros aplausos de una tarde repleta de gestos hacia el ciclismo vasco.
El grupo de animación Rezikletas alimentó el fervor por el Tour por las calles más céntricas de Vitoria y dio un especial ambiente en las primeras horas vespertinas. Al mismo tiempo y justo detrás del set en el que Oihan Vega desplegó sus dotes sobre la mesa de mezclas, la ciudadanía alavesa tuvo a su disposición un photocall del Gran Dèpart y una zona para realizar caricaturas.
El clima, que respetó durante todo el día, también fue de gran ayuda para alimentar un evento que demostró a la organización del Tour la pasión que se respira en Álava por el ciclismo. Los numerosos corredores vascos que han llegado a la cima comenzaron a dar sus pedaladas en las escuelas y, por ello, el “Ongi eTOURri” reconoció la impecable tarea de los clubes formativos de Álava.
UNA FIESTA DE DIEZ
Los más txikis también pudieron disfrutar de una actuación teatral en la que se hizo un repaso de la segunda etapa y donde, por supuesto, no faltó una dosis de humor. Emulando una conversación entre un doctor de bicicletas alavés y una mujer francesa, los actores explicaron el recorrido del tour ante la atenta mirada de los más jóvenes.
La plaza de la Virgen Blanca se tiñó de amarillo. El fervor por hacerse con un pañuelo en homenaje al Grand Départ fue de tal magnitud que tan pronto como la organización comenzó a regalar el accesorio, la multitud se agolpó para apropiarse del souvenir.
Durante la tarde, Irene Caminos realizó un espectáculo en Trial, donde desató la locura de los centenares de gasteiztarras congregados en la plaza de la Virgen Blanca. La ciclista, una experta en las acrobacias, sacó al escenario a Aimar, un joven al que superó a través de sus trucos.
Inmediatamente después de la soberbia actuación de Caminos, las autoridades políticas mostraron su orgullo al ser los encargados de acoger la segunda etapa de la mayor competición ciclista. “El Tour ha venido a la mejor ciudad del mundo, a Vitoria-Gasteiz”, manifestó el alcalde Gorka Urtaran. Tras las comparecencias de la organización se pudo disfrutar de un vídeo de presentación de cómo será el Grand Départ, donde la belleza del País Vasco estará a la vista de todo el mundo.
Uno de los momentos más emotivos de la jornada llegó en el reconocimiento a todas las escuelas de ciclismo alavés. Todas ellas tuvieron su representación sobre un escenario repleto de sueños e ilusión por la bicicleta. La joven Irene, representante del Club Ciclista Amurrio, destacó sus “ganas de competir y pasármelo bien” mediante la bici. Minutos después fue cuando Joseba Beloki recibió la distinción por parte del Alcalde como el embajador de Vitoria-Gasteiz para el Grand Départ.
Beloki, el alavés adoptivo que rozó la gloria en el Tour, recordó sus primeros días en el ciclismo. Una distendida charla a la que la ciudadanía congregada en el centro dedicó una especial atención. “Cuando vinimos a Gasteiz comencé en la escuela de Iturribero”, rememoró Beloki, quien aseguró que “la gente de Vitoria está ilusionada por el Tour, la vida de los gasteiztarras cambiará en esos días”.
Poco antes del espectáculo de luces y sonido, Algara dantza taldea ofreció una actuación en la que se pudo disfrutar de la tradición vasca. Christian Prudhomme, invitado de lujo para el evento, pudo presenciar in situ la riqueza cultural vasca, la misma que en menos de 100 días brindará un aliento indistinguible en el Grand Départ.
Poco antes de las 20.00 llegó el colofón del evento. El espectáculo de luces y sonido puso el broche de oro mediante un sonido envolvente y un show de iluminación que dejó perpleja a la ciudadanía que se acercó a la plaza de la Virgen Blanca y que consumió en los bares de la zona. “Es un orgullo que Vitoria acoja el Tour, a los bares y hoteles también nos va a ayudar”, destacó Javier García, hostelero de uno de los bares afincados en el centro de la ciudad.
