Los patios de los colegios no son solamente un lugar de juego o descanso. “Cuentan con un mínimo de materiales y elementos naturales que permiten a maestras y maestros trabajar contenidos y desarrollar prácticas científicas con los más pequeños”, indican Josu Sanz y Daniel Zuazagoitia, investigadores del Departamento de Didáctica de las Matemáticas, Ciencias Experimentales y Sociales de la UPV-EHU.

En Vitoria, cada vez más centros escolares están deseosos de naturalizar sus patios con agua, arena, tierra y plantas, materiales que, según los investigadores, ofrecen más oportunidades para promover la exploración informal y espontánea de la ciencia que un patio convencional de cemento.

“los patios verdes fomentan la curiosidad científica”

El Ayuntamiento reserva un espacio en su página web para explicar la estrategia puesta en marcha en la ciudad. Las haurreskolak Txagorritxu y Mariturri fueron las primeras en vivir esta transformación a la que se ha sumado el colegio Odón de Apraiz de Zaramaga.

“Una veintena centro educativos ha solicitado al Ayuntamiento modernizar y transformar sus patios para hacerlos más igualitarios, inclusivos y respetuosos con el medio ambiente; es el caso de la ikastola Odón de Apraiz en la que han definido un nuevo concepto de patio escolar, cuyas obras comenzarán en verano coincidiendo con las vacaciones. Con éste ya serán once los centros educativos que van atendiendo sus demandas de modernización de patios”, explica en un vídeo en Twitter el alcalde, Gorka Urtaran.

Precisamente el pasado lunes, el BOTHA publicó las bases de subvenciones para naturalizar los patios de los centros educativos de Gasteiz y para promover la movilidad activa de los escolares en sus desplazamientos a la ikastola, ya sea con itinerarios a pie o en bicicleta.

Patio verde en la haurreskola Mariturri, proceso al que también se suma la escuela infantil Zaramaga, al lado; debajo, patio de la haurreskola Txagorritxu. | FOTOS: JOSU CHAVARRI/JORGE MUÑOZ

Atención, reto y emoción

En el artículo que Sanz y Zuazagoitia publican en The Conversation, defienden que los patios naturalizados benefician el juego y el aprendizaje científico temprano. “Un diseño que busque integrar elementos naturales puede estimular el interés y la curiosidad científica de los niños a través del juego”, sostienen.

Y es que, “el juego exploratorio, además de provocar atención, reto, placer y emoción, estimula el desarrollo cognitivo”, continúan. ¿Por qué? “Porque fomenta la manipulación para obtener información de los objetos y contribuye a las habilidades de razonamiento científico cuando los niños descubren las relaciones de causa y efecto o investigan posibles usos de los materiales”, señalan en su trabajo.

Por eso, abogan por que el espacio fuera del aula, cuanto más verde sea, mejor. “Desafortunadamente, los niños en las escuelas pasan cada vez menos tiempo explorando la naturaleza, en muchos casos por los miedos y la necesidad de control de los adultos, pero también por falta de espacios adecuados fuera del aula”, argumentan ambos investigadores del Departamento de Didáctica de las Matemáticas, Ciencias Experimentales y Sociales.

Explican en su escrito que un ambiente natural es sinónimo de un ambiente rico, donde se estimula y se promueve el aprendizaje, en contraposición con los patios escolares tradicionales ocupados en su mayor parte por canchas deportivas sobre suelo de cemento.

Así, un patio naturalizado que quiera tener un propósito educativo tiene que contar, entre otros elementos con agua, en forma de arroyos, fuentes o charcos; rocas, arena y diferentes tipos de suelos y pavimentos; una topografía en ocasiones irregular, además de alturas con cuerdas, túneles, tubos y pasadizos, sin olvidar árboles y plantas diversos. También incluyen los expertos en su listado de elementos imprescindibles en un patio naturalizado herramientas para excavar, cubos para hacer trasvases, materiales de almacenaje y caminos y senderos que recorran el lugar, junto con espacios privados para esconderse. Y, por supuesto, espacios comunes para relacionarse con otros chavales y descansar.

“los patios verdes fomentan la curiosidad científica”

Infantil y primaria

Hierba, árboles, plantas, zonas de resguardo, toldos y bancos son precisamente las necesidades planteadas por los centros escolares de Gasteiz en respuesta a un cuestionario enviado por el Ayuntamiento a 25 haurreskolak y a las cinco escuelas infantiles municipales, respondido por 21 centros educativos. De Primaria, el número de centros consultados ha sido 32, de los que han respondido al cuestionario 29.

“Un espacio con esas características puede ser estética o funcionalmente apropiado para un adulto, pero lo más importante es que sea atractivo y útil para los niños, es decir, que hagan un uso pleno del patio”, dice los investigadores de la universidad pública vasca.

Igualmente, subrayan en su argumentación que los escolares se acercan a estos patios verdes desde otra clave, pensando qué tiene ese lugar para jugar, qué uso pueden hacer de dicho ámbito. Por eso, “cuanto más accesible, heterogéneo y variable sea un espacio y los elementos que lo componen, más posibilidades nos ofrecerá”, opinan.

En este sentido, citan, por ejemplo, que el tipo de árboles influirá en lo que los niños puedan hacer en ellos, puesto que algunos no son lo suficientemente altos o seguros para que los menores trepen y se suban.

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Centros escolares

El cómic de los árboles

Centro de Estudios Ambientales. El Centro de Estudios Ambientales (CEA) del Ayuntamiento e Vitoria ha enviado a los centros escolares un ejemplar del cómic El valor de los árboles para que les sirva como material didáctico para estudiar. En el libro, Susana Domínguez y Daniel Rodríguez “nos ayudan a conocer mejor los arboles, nos explican cómo crecen y se desarrollan y cómo contribuyen a mejorar la calidad de vida y el bienestar de las personas en las ciudades”, subraya el CEA. Se trata de un cómic acompañado de una serie de cuentos publicado por la editorial Saure de Legutio, que también puede encontrarse en las librerías.