Día 4 de agosto sin txupinazo. 5 de agosto sin paseíllo. Y, así , hasta un largo etcétera. Hay que remontarse hasta 1936 para recordar una Vitoria-Gasteiz sin fiestas patronales. Entonces, la Guerra Civil fue el motivo para la suspensión de los principales festejos de nuestra ciudad. Hoy, es el covid-19. A punto estuvieron de desaparecer en 1976 por los trágicos sucesos del 3 de marzo. De hecho, el propio Jose Luis Isasi se negó aquel año a encarnar a Celedón, motivo por el cual el torero Enrique Orive decidió saltar la plaza Nueva -nunca mejor dicho- y representar al aldeano de Zalduondo en aquella única ocasión.

Estamos sumidos en una pandemia mundial que hoy, más que nunca, nos lleva a tener que ser responsables, por nosotros y por nuestro entorno. Por nosotras y por nuestras personas más queridas. Pero aunque hoy -y durante toda la semana- no haya fiestas en Vitoria-Gasteiz, desde DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA hemos querido homenajear, de una manera especial, a la patrona y a todos aquellos que, año tras año, contribuyen a poder pasarlo bien. Visibilizar lo que siempre ha estado ahí y que, ahora, adquiere un valor sin igual: nuestros recuerdos.

Todas tenemos algo que contar sobre las fiestas de la Virgen Blanca de Vitoria-Gasteiz. Momentos de la infancia, de la juventud, de cuando se es más mayor y, por ende, algo más reflexivo (o no, pensara alguno). Puede ser el tema de sobremesa de este año. Recordar cómo lo hemos pasado en fiestas. Este suplemento es una ayuda, una contribución a poner en común lo que desde 1884 nos une a miles de vitorianos y vitorianas: las fiestas en honor a la patrona. Pero este trabajo no lo hemos hecho solos. En esta ocasión, lo hemos logrado gracias a la participación de ocho miembros de la asociación Celedones de Oro, Gorka Ortiz de Urbina y la Comisión de Blusas y Neskas de Vitoria-Gasteiz. Gracias a todos y todas.

Y vaya mi recuerdo también por delante. Año 1995. Plena juventud. Casi seis de la tarde. Plaza de la Virgen Blanca. En todas las bajadas de Celedón que he vivido ninguna se ha visto sorprendida por una tormenta como la de aquel año. No hizo falta pedir agua en los balcones. La llevábamos toda puesta encima. Pese a todo, las fiestas fueron -cómo no- maravillosas. Salir hasta tarde, descubrir el Casco Viejo, hacer amistades nuevas€

Las fiestas suspendidas en 1936 no volvieron hasta 1941 cuando el alcalde José Lejarreta retomó la tradición suspendida. En esta ocasión no tardaremos tanto. Sólo habrá que esperar a 2021. Pero, sin olvidar, sobre todo, que este año no tenemos fiestas.