La Fórmula 1 no se detiene, avanza veloz e inescrutable, pero Ferrari no progresa. La escudería más exitosa de la historia atraviesa un preocupante presente que siembra de dudas su futuro. Esta temporada no ha ganado ninguna carrera y las señales no son halagüeñas. El año pasado, a estas alturas del calendario, los triunfos amasados ya eran tres –acabaría sumando cinco en total–. La pretemporada parecía ser una antesala de esperanza, pero 2025 ha disuelto la ilusión. El equipo que el año pasado fue subcampeón a solo 14 puntos del título del Campeonato del Mundo de Constructores, figura actualmente con 8 puntos de ventaja sobre el cuarto clasificado, un Red Bull que además camina al alza. 

Con seis carreras por disputarse, Ferrari cuenta con 298 puntos, mientras que el liderazgo de McLaren se cuenta con 650 puntos. Un dato significativo es que Max Verstappen, tercer clasificado en el orden de pilotos, ha sumado 273 puntos, mientras que Charles Leclerc, quinto en la tabla, y Lewis Hamilton, sexto, reúnen entre los dos los citados 298. Lo que en invierno apuntaba a un proyecto en auge, con la ilusionante llegada de Hamilton y la ambición intacta de Leclerc, está siendo crepuscular, una travesía de amargura que va camino de emular el fatal 2021, la última temporada en la que la Scuderia no firmó ninguna victoria.

"Somos el cuarto equipo"

El último podio de Ferrari se dio en Bélgica, la cita previa al parón veraniego. Es decir, encadena cinco pruebas sin pisar el cajón. El jueves pasado, Ferrari cayó más de un 15% en la Bolsa de Milán. En Maranello se ha convocado un gabinete de crisis para tratar la situación. El sexto puesto de Leclerc en Singapur y el octavo de Hamilton, que perdió los frenos y fue sancionado, no han hecho sino agravar los problemas en la fábrica, donde suenan las alarmas de urgencia. 

El modelo SF-25 nació siendo esperanzador, con unos test prometedores, pero ha resultado ser un coche impredecible que acusa en exceso las condiciones cambiantes de los circuitos. Los frenos sufren con las temperaturas elevadas, pero el monoplaza también adolece de falta de carga aerodinámica, lo que incide en la degradación de los neumáticos y las velocidades en curvas lentas. Una radiografía del desastre. “Desafortunadamente, ahora somos el cuarto equipo. Sólidamente cuartos y muy lejos de los tres primeros (McLaren, Mercedes y Red Bull)”, afirma Leclerc.

Charles Leclerc pilota el Ferrari ante Lewis Hamilton. Europa Press

Hamilton no ofrece resultados

El ambiente en el garaje proyecta la tensión de un proyecto que trata de reencontrarse. Los pilotos transmiten frustración en cada cita. Ferrari, sinónimo de pasión y gloria, parece una escudería agotada en el camino de la búsqueda de soluciones. La llegada de Hamilton, prevista como un estimulante en el proceso de desarrollo, un catalizador para un proyecto que miraba con esperanza hacia el 2026, año de transformación por el cambio de reglamentación, no ha gozado del impacto ni mucho menos deseado. “Me siento inútil, probablemente haya que cambiar de piloto”, ha llegado a pronunciar el heptacampeón. Su experiencia aporta calma, pero no está trayendo resultados: tres cuartos puestos son sus actuaciones más destacadas. 

Leclerc, mientras, es la combinación de compromiso y desencanto. Todo piloto es consciente de que el talento, sin una máquina competitiva, no es suficiente. “El coche es inconducible”, ha criticado. Es más, el monegasco, que asiste a su séptima temporada vestido con el mono rojo, advierte enfocando hacia 2026 que “o estamos bien desde el inicio o pasaremos varios años bastante lejos de la cabeza”. Palabras que invitan a pensar que contempla explorar otras opciones en un futuro no tan lejano, pese a que es el piloto destacado con sus cinco podios este curso. “Es uno de los mejores, pero ya ha disputado muchas temporadas en Ferrari y necesitamos un coche ganador”, conformó a The Straits Times su representante, Nicolas Todt, tras la cita de Singapur.

El jefe del equipo, Fred Vasseur, lleva toda la campaña en el punto de mira, pero en Maranello mostraron su confianza a finales de julio al acordar un nuevo contrato plurianual. Pese a ello, Chris Horner, desde que ese mismo julio fuera despedido en Red Bull, aparece con fuerza como un posible candidato a relevar a Vasseur, a quien se le agota el crédito.

Los éxitos quedan muy lejanos en el tiempo

Ferrari es más que un equipo de Fórmula 1; es un modo de ver las carreras. Es la representación del espíritu romántico de la velocidad, es la conexión entre la máquina y las emociones. Pero los mitos también son víctimas de la erosión por el transcurso del tiempo. El último Campeonato del Mundo de Pilotos data de 2007, a manos de Kimi Raikkonen, y aquel contó con la colaboración de la cuestionable gestión de McLaren con Fernando Alonso y Hamilton. Por otra parte, el último Mundial de Constructores llegó en 2008. Demasiado tiempo sin éxito para la escudería más laureada de la historia con sus 15 títulos de pilotos y 16 de constructores.

Lewis Hamilton, Fernando Alonso y Kimi Raikkonen en 2007, año del último título de pilotos logrado por Ferrari. EFE

La gira americana, un halo de esperanza o una tumba

Ahora la Fórmula 1 pone rumbo a la gira americana, contexto que trae un halo de esperanza o que puede ser la rumba. Primero llegará Austin, donde el año pasado Ferrari fue capaz de lograr un doblete con Leclerc y Carlos Sainz; después aparecerá México, donde el madrileño –el sacrificado para traer a Hamilton– firmó la última conquista de la Scuderia. Serán las grandes oportunidades para maquillar una temporada que será recordada, con independencia de lo que suceda en las seis carreras restantes, como la de una crisis de identidad. Una situación preocupante por ser la definitiva antes del transformador 2026. Este año el rugido se ha tornado en susurro y la gloria es ya el recuerdo de tiempos de rosas y champán. A estas alturas ya no hay promesas triunfalistas, sino el deseo de transmitir que algo aún late en las entrañas de un coche que es símbolo de una pasión que corre el riesgo de morir a medida que avanza el tiempo, porque Ferrari está en declive.