El vidrio fotovoltaico utiliza un revestimiento fotosensible que permite producir electricidad a partir de la energía solar que recibe, lo que lo convierte en un material muy interesante que ya se está colocando en gafas pero también en las lunas de los vehículos, mobiliario urbano o en las ventanas, lucernarios y fachadas de edificios, pero que tiene muchos más usos, pues ya se está trabajando en su implantación en aparcamientos e incluso en carreteras.

Convertir nuestra actual red de carreteras en una fuente de energía limpia es uno de los retos a los que nos enfrentamos. Para ello sería necesario recubrir su superficie con paneles de células fotovoltaicas resistentes al tráfico rodado y que pudieran aprovechar la energía que generan los propios vehículos.

Normandía construyó la primera autopista solar del mundo; con un kilómetro de distancia y aproximadamente 2.280 paneles solares es capaz de producir 790 kWh al día.

Diversos estudios en marcha están empleando paneles de vidrio fotovoltaico reciclado y de gran resistencia, que soporte el paso de camiones, proporcione una óptima adherencia de los neumáticos y sea compatible con todo tipo de circunstancias ambientales, tanto con lluvias torrenciales como intensas nevadas o fuertes rachas de viento.

De Normandía a China pasando por EEUU

Uno de los casos más exitosos puede verse en Normandía, donde en 2016 se construyó la primera carretera solar del mundo abierta a automóviles y camiones. Sólo cuenta con un kilómetro de distancia y aproximadamente 2.280 paneles solares, pero es capaz de producir 790 kWh al día.

China tiene la mayor superficie de carretera solar con dos kilómetros que en 2017 se abrieron y cuya superficie está formada por tres capas

Posteriormente, en Estados Unidos, se instalaron 50 metros de carretera solar entre la frontera de Alabama y Georgia con la misma tecnología utilizada en Normandía, pero es China donde mayor superficie de carretera solar hay con dos kilómetros que en 2017 se abrieron y cuya superficie está formada por tres capas. Una capa de hormigón transparente recubre una capa de paneles solares que se encuentra a su vez sobre una capa de aislamiento para proteger las placas solares de la humedad del suelo.