Más de 3,600 millones de euros de pérdidas en tres trimestres y un horizonte en torno a 4.500 en el conjunto del período fiscal anual son un serio problema para cualquier multinacional, aunque se trate de la gigantesca Siemens Energy y se mantenga en la vanguardia del sector de energías renovables. El entorno de la estrategia europea –y mundial– de descarbonización favorece una cartera de pedidos de cerca de 40.000 millones de euros en el mismo período pero no despeja la intranquilidad. Siemens Gamesa está señalada como responsable del duro impacto económico a la multinacional de la que es filial y lo es con argumentos que extienden la preocupación a la amplia cartera de proveedores de la Comunidad Autónoma del País Vasco y la Foral Navarra. Es imprescindible esclarecer las circunstancias del problema sobrevenido a la empresa de aerogeneradores nacida en Euskadi y absorbida por la multinacional alemana. Sobre todo de aquellas que señalan, sin clarificar sus extremos, a proveedores de la compañía cuyos materiales han sido puestos en cuestión sin mayor concreción. La sombra de la sospecha de una mal desempeño de algunos proveedores no debería extenderse al conjunto de ellos. Son centenares las empresas de Araba, Bizkaia, Gipuzkoa y Nafarroa que vienen sirviendo producto a Siemens Gamesa por importes que en el último ejercicio completo sumaron más de 700 millones de euros –la mitad de todo lo adquirido a empresas del Estado–. La enseña de ser suministradores de componentes también ha sido un activo para abrir las puertas a otros mercados y el impacto de una duda no clarificada no sería justo: son miles las pymes proveedoras de Siemens Gamesa en todo el mundo. Igualmente comprometido resultaría que no se despejaran dudas sobre los diseños de los grandes aerogeneradores que son emblema de la compañía y sobre los que se reconocen fallos de funcionamiento, en la medida en que de nuevo quede diluida la responsabilidad de imagen y salpique a los centros de I+D de Sarriguren y Zamudio, que han sido vanguardia de conocimiento y desarrollo tecnológico. Acotar las circunstancias de los problemas técnicos y sus soluciones ayudará a la propia Siemens Energy más que tratar esta crisis como un problema de gestión financiera y de negocio.