a reunión que mantuvieron ayer representantes de los gobiernos catalán y español, la primera que se celebra entre ambos gabinetes en más de tres años, supone la reactivación del diálogo institucional que nunca debió interrumpirse y la reconducción -es de esperar que de forma definitiva- de las indudables diferencias existentes hacia soluciones dentro de las vías y mecanismos de bilateralidad establecidos. Resulta obvio señalar que la reactivación de la comisión bilateral Generalitat-Estado no va a resolver por sí sola y en toda su extensión el conflicto catalán, que tiene raíces muy profundas, aunque es seguro -si se aborda con la suficiente lealtad y voluntad de acuerdo- que puede coadyuvar a ello y, en cualquier caso, debe engrasar la próxima Mesa de diálogo que tendrá lugar en septiembre, tal y como acordaron en junio los presidentes de ambos Ejecutivos, Pere Aragonès y Pedro Sánchez. Con estas herramientas y tras los gestos mutuos de distensión de los últimos meses, Catalunya parece haber reconducido su estrategia negociadora con el Estado por la senda del diálogo y la negociación bilaterales, una vía de la que Euskadi no se ha desviado en los últimos cuarenta años y que continúa ejerciendo y reivindicando, tal y como se ha comprobado, por ejemplo, la semana pasada con la Comisión Mixta del Concierto Económico. La continua tendencia del Estado a una cada vez mayor recentralización, a los incumplimientos sistemáticos de los respectivos Estatutos y la vuelta al inoperante café para todos oculto bajo una ficticia cogobernanza con el objetivo de rebajar o diluir el autogobierno, obligan a comunidades como Euskadi y Catalunya a apostar por la bilateralidad como arma para defender sus competencias y atender a las necesidades de la ciudadanía. Es, en este sentido, significativo, que el Govern planteara en la reunión de ayer una lista de 56 transferencias pendientes a Catalunya, tal y como ya hizo hace años la CAV y que poco a poco van traduciéndose en traspasos competenciales. El Estado no puede seguir acumulando competencias que no le corresponden o gestionándolas de modo unilateral. Los primeros frutos tras la cita de ayer en forma de desbloqueo de fondos para la ampliación del aeropuerto de Barcelona y otros asuntos animan, sin duda, a continuar por esa senda.
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