Golpe de realidad para el Deportivo Alavés en Mendizorroza. Tras la euforia por la victoria en San Mamés, el Sevilla se encargó de enfriar los ánimos con un triunfo contundente (1-2) en su visita a Vitoria-Gasteiz. Los goles de Rubén Vargas y Alexis Sánchez, contestados solo por el de Carlos Vicente, demostraron cuál es el principal objetivo del club babazorro a día de hoy. Los pies, de nuevo en el suelo.

Solo dos cambios introdujo el Chacho en su once para afrontar la visita de los hispalenses: Denis Suárez arrancó en el doble pivote en detrimento de Pablo Ibáñez y Lucas Boyé fue el elegido para la punta de lanza, este en lugar de Mariano. No sorprendió la segunda variación, pues el hispano-dominicano no estuvo bien en San Mamés, pero sí la segunda. El navarro había sido indiscutible hasta entonces.

No empezó bien la cita vespertina para los intereses babazorros. Aunque la contienda estuvo igualada en los primeros compases, fueron las ideas del Sevilla las que dieron mayores frutos. Los visitantes, además, tiraron de su habitual picardía para desconcentrar a los locales. Una acción entre Marcao y Boyé fue el principal ejemplo de esto, con el brasileño derribando al argentino ya con el juego parado.

Cuando corría el minuto ocho, Alfon avisó en un mano a mano con Antonio Sivera, que intervino con gran acierto. Y, poco después, Vargas no perdonó desde la frontal (0-1, min. 10). Ni Aleñá, que regaló el balón en la medular, ni la zaga albiazul estuvieron bien en esa acción. El atacante suizo condujo la pelota sin oposición alguna hasta entrar en zona de remate e, incluso cayéndose, golpeó con facilidad.

Afortunadamente, iniciar por detrás no hizo que el Alavés se viniera abajo, en gran parte por el apoyo de su gente. Y el tanto del empate no tardó demasiado en llegar. Carlos Vicente corrió a por un pase en largo y, dentro del área, fue derribado por Marcao, decretando el árbitro Gallech Apezteguía la pena máxima. El propio maño asumió la responsabilidad y marcó de penalti, raso por el centro (1-1, min. 17).

Las ocasiones disminuyeron durante el resto de la primera mitad, aunque no por falta de errores. Los babazorros sufrieron muchísimo en los balones a la espalda de la defensa y se complicaron sobremanera en las jugadas de tumulto. Futbolistas como Facundo Garcés, Nahuel Tenaglia o Antonio Blanco cometieron errores que raramente se les había visto antes. Aun así, al menos, se llegó en tablas al descanso.

OTRA VEZ POR DETRÁS

Ya en la segunda mitad, la narrativa no cambió en exceso. La igualdad siguió reinando y el encuentro podía caer hacia cualquier lado, pero esto no interesaba al Alavés. Es por ello que, sobre la hora de juego, el ‘Chacho’ dio entrada a Pablo Ibáñez y Toni Martínez como revulsivos, en lugar de Jon Guridi y Aleñá. El técnico argentino cambió así el dibujo babazorro a un 4-4-2, moviendo a Denis a la banda izquierda.

Los cambios, sin embargo, no aportaron demasiado en ataque. Y, si el local se muestra inofensivo, el visitante se crece. Así, con la contienda demasiado calmada, llegó el 1-2. Fue obra de Alexis Sánchez, ganándole la posición a Garcés para aprovechar un buen centro raso de Carmona. Tocaba remontar de nuevo y, para intentarlo, hubo más movimiento en el banco: Yusi, Abde y Mariano saltaron al césped por Diarra, Denis y Boyé.

Con toda la carne en el asador, el Alavés trató de meter al Sevilla en su área, pero no fue tarea fácil. Los hispalenses, conscientes de lo difícil que es puntuar en Mendizorroza, perdieron todo el tiempo habido y por haber y tampoco el conjunto babazorro demostró los recursos suficientes como para crear ocasiones claras de peligro. Así las cosas, el colegiado decretó el final del partido con el 1-2 en el electrónico.