El Banco Central Europeo (BCE) ha decidido retomar la desescalada iniciada en junio y bajar los tipos de interés otros 25 puntos básicos para dar oxígeno a la economía europea aprovechando que la inflación se acerca al objetivo del 2%. La decisión de este jueves del consejo de gobierno de la institución, en la que participa por primera vez José Luis Escrivá como nuevo gobernador del Banco de España, deja el tipo de referencia –que ahora es la facilidad de depósito– en el 3,5%, el nivel más bajo desde junio de 2023, el tipo de las operaciones principales de refinanciación (MRO) en el 3,65% y el tipo marginal de crédito (MLF) en el 3,90%, al ejecutarse un ajuste técnico que reduce los dos últimos indicadores en 35 puntos básicos adicionales.
"(Ante) la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria, resulta apropiado ahora dar un paso más en la moderación del grado de restricción"
Este es el segundo recorte tras el que llevó a cabo en junio –también de 25 puntos básicos–, cuando inició un cambio de política esperado pero prudente, que tuvo una pausa en julio para asegurarse de que no había una regresión de la inflación al alza. Ahora, tras conocerse que la eurozona cerró agosto con una inflación del 2,2%, marcando un mínimo en tres años y muy por debajo del 10,6% de noviembre de 2022, el BCE ha decidido continuar bajando los tipos de interés. Y se espera que lo haga al menos una vez más hasta final de año y varias más en 2025. El ritmo lo marcarán los datos. Desde Frankfurt estarán particularmente atentos a la valoración de las perspectivas de inflación, la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria y esto "sin comprometerse de antemano con ninguna senda concreta de tipos".
"(Ante) la dinámica de la inflación subyacente y la intensidad de la transmisión de la política monetaria, resulta apropiado ahora dar un paso más en la moderación del grado de restricción", ha señalado la presidenta de la entidad, Christine Lagarde, en la rueda de prensa posterior. Ganan así la batalla las llamadas palomas del BCE a favor de una política monetaria más flexible con tipos bajos para impulsar el crecimiento económico– a los halcones –partidarios de una política monetaria más restrictiva con tipos elevados para mantener a raya la inflación–.
Las claves
Aunque la inflación es el dato clave detrás de esta decisión, hay otros indicadores que han empujado al BCE a bajar de nuevo los tipos de interés. “Se está reduciendo el precio del petróleo y todo apunta a que se va a mantener por debajo de los 70 dólares el barril. Que baje el petróleo nos dice una cosa, que la economía se está ralentizando y que por eso se consume menos”, explica Massimo Cermelli, profesor de Economía en Deusto Business School. “Esto es una señal de que es necesario reducir el coste del dinero para que no se asfixie la economía. De hecho, que es necesario darle un empujón para que coja fuera. Normalmente se reducen los tipos de interés cuando la economía no va bien y la economía no va bien en Europa”, añade.
Los datos de Eurostat indican que el PIB de la eurozona creció un 0,2% en el segundo trimestre, una décima menos con respecto a los tres primeros meses del año, y refleja un progresivo debilitamiento en el viejo continente. De echo, el BCE ha recortado hoy mismo una décima su previsión de crecimiento para la eurozona este año, que queda en el 0,8%, así como para 2025 y 2026, años en los que espera avances del 1,3 % y del 1,5 %, respectivamente. “La economía española no va mal y en Euskadi sabemos que estamos creciendo al 2%, pero las grandes economías europeas sabemos que se están ralentizando y esto es una decisión que se toma a nivel europeo”, aclara Cermelli.
El tercer factor que ha llevado al BCE a bajar los tipos de interés, según los expertos económicos, es la moderación de las subidas salariales: Los salarios subieron en la eurozona un 3,6% en el segundo trimestre, por debajo del 4,7% del anterior. “El miedo que tiene el BCE es a que se produzcan lo que son las inflaciones de segunda ronda, es decir, que se suban los salarios en proporción a la inflación y que esto haga que vuelva a subir la inflación”, apunta el profesor de Deusto Business School.
Ahora se espera que la Reserva Federal de Estados Unidos empiece este mes también con la bajada de tipos.
Repercusiones
Al tratarse de una decisión que preveían todos los expertos, los mercados ya habían comenzando a descontar esta nueva bajada de tipos, que se ha reflejado en que, por primera vez en dos años, el euríbor ha caído del 3% en su tasa diaria. Esto no significa que el indicador de referencia de las hipotecas termine el mes en esa cifra, pero se acerca poco a poco a ella. “Para final de año se espera que tengamos un euríbor por debajo del 3%”, pronostica Cermelli.
El euríbor ha bajado un punto desde el año pasado y esto repercute en aquellas personas que tienen actualmente contratada una hipoteca variable. Por ejemplo, en el caso de una préstamo hipotecario medio, de 150.000 euros, con un interés del euríbor más 1%, el ahorro es de 1.500 euros al año o 125 euros al mes. “Esto, teóricamente, también debería activar el mercado de la vivienda, pero el problema que tenemos ahora es que no hay viviendas. Es decir, lo normal es que la bajada de los tipos de interés activen una bolsa de compradores que probablemente no estaban comprando porque el coste del dinero era demasiado alto, pero lo cierto es que tenemos un mercado inmobiliario que está atascado por la falta de oferta y es por eso que no vemos este efecto tan directo y de forma inmediata. La oferta de pisos es la que está marcando la tendencia”, explica Cermelli.