El pasado viernes el precio del barril de petróleo Brent para entrega en octubre terminó se pagaba a 88,57 dólares, un 2% más que el día anterior, cuando cerró en 86,83 dólares. La cotización del Brent se disparó así hasta su máximo nivel en más de medio año impulsada por la perspectiva en el mercado de que Arabia Saudí extenderá hasta octubre su recorte de producción de un millón de barriles diarios.

Rusia, miembro también de la alianza OPEP+, avanzó por su parte que ha acordado con el resto de socios reducir su suministro de petróleo a los mercados internacionales, aunque los detalles de esa medida no se conocerán oficialmente hasta la próxima semana.

Esas expectativas de disminución de la oferta, junto con la debilidad del dólar estadounidense y una caída mayor de la esperada de las reservas de crudo de Estados Unidos, han motivado esta semana una escalada continua del precio del Brent. El barril de referencia europeo concluye la semana con un alza del 4,79% respecto al cierre del viernes anterior y vuelve a acercarse a la barrera de los 90 dólares, lo que, según los analistas podría perfectamente provocar una ralentización de la economía.

Que el precio del petróleo está por las nubes se nota cada semana en las estaciones de servicio con una gasolina y un diésel que se van acercando poco a poco a máximos del año pasado. Así, en relación con la primera semana de 2023 -cuando dejó de aplicarse el descuento de 20 céntimos por litro implantado por el gobierno Sánchez-, la gasolina se paga ahora un 24,4% más, mientras que el gasóleo es un 10,4% más caro.

Así el precio medio de la gasolina en las estaciones de servicio es de 1,721 euros el litro, mientras que el gasóleo cuesta 1,612 euros, un 0,7% más en ambos casos que una semana antes. De esta manera, llenar ahora un depósito medio con gasóleo de automoción cuesta 10 euros más que al comienzo del verano y 7 euros más si se reposta con gasolina, según los datos actualizados el jueves del Boletín Petrolero de la Unión Europa (UE), que incluye los precios de venta al público en más de 11.400 estaciones de servicio entre el pasado 22 y el 28 de agosto.

OCHO SUBIDAS CONSECUTIVAS

Ambos carburantes encadenan ocho subidas consecutivas en julio y agosto, para alcanzar así el precio más alto en lo que llevamos de año. Esto ha provocado que coincidiendo además con las vacaciones y la mayor demanda el IPC de julio y agosto haya vuelto a subir por culpa de los carburantes. Y es que desde inicios de julio, cuando arrancó esta nueva espiral alcista en los precios de los carburantes, el litro de gasolina acumula un incremento en su precio del 8,1%, mientras que el de gasóleo suma un encarecimiento del 12,1%.

Con estos precios, la gasolina se sitúa en valores que no se alcanzaban desde el 25 junio de 2022, en plena crisis energética, aunque por entonces aún estaba en vigor el descuento de 20 céntimos por litro. En el caso del gasóleo, su precio se encuentra a niveles parecidos a los de febrero, cuando se llegaron a pagar casi 1,7 euros por litro de carburante.

No obstante, ambos carburantes no han llegado a tocar, a pesar de esta tendencia al alza de los últimos dos meses, los máximos que tocaron hace más de un año, cuando en julio la gasolina alcanzó los 2,141 euros y el gasóleo los 2,1 euros.

Con los precios actuales, el llenado de un depósito medio de 55 litros de gasolina asciende actualmente a unos 94,65 euros, frente a los 87,67 euros -unos 7 euros más- que costaba a estas alturas del pasado año, incluyendo el descuento de 20 céntimos por litro que estaba vigente hace un año.

En el caso del gasóleo, el llenado de un depósito medio de 55 litros supone actualmente unos 88,66 euros, unos 3,9 euros menos que los 92,56 euros que costaba en el mismo periodo de 2022 por la bonificación.

NO HAN TOCADO TECHO

En este contexto, el viernes el barril de Brent, de referencia en Europa, cotizaba a 88,57 dólares. Aunque el precio de los carburantes depende de múltiples factores, como su cotización específica (independiente de la del petróleo), la evolución del crudo, los impuestos, el coste de la materia prima y de la logística y los márgenes brutos, el panorama nos es nada halagüeño y la subida continuada desde que comenzó el verano se mantendrá en septiembre, ya que hay que recordar que la evolución en la cotización del crudo no se traslada directamente a los precios de los carburantes, sino que lo hace con un decalaje temporal.

Con estos nuevos repuntes, el precio de ambos carburantes se consolida ampliamente por encima de los niveles en los que se situaban antes del estallido de la guerra de Ucrania, que comenzó el 24 de febrero de 2022 y que, en el caso del diésel, era de 1,479 euros por litro, y, para la gasolina, de 1,594 euros por litro.

Pese a todo el precio de la gasolina sin plomo de 95 se mantiene por debajo de la media de la Unión Europea, situada en 1,829 euros el litro, y de la eurozona, con un precio medio de 1,889 euros. En el caso del diésel, el precio en España también es inferior al de la media de la UE, que es de 1,727 euros, y de la zona euro, donde marca un precio de 1,764 euros.

EN CORTO

Gasolina

A niveles de noviembre. La gasolina se ha encarecido esta semana un 0,65% con respecto a hace siete días, para situarse en los 1,721 euros por litro, su valor máximo en lo que va de 2023 y el más alto desde finales de junio de 2022, aunque entonces estaba vigente la subvención de 20 céntimos.


Diésel

A niveles de febrero. El precio medio del diésel se ha encarecido un 0,62% en la última semana, para alcanzar los 1,612 euros el litro, un nivel que no marcaba desde mediados febrero.


Máximos

Julio 2022. El litro de gasolina alcanzó los 2,141 euros mientras el gasóleo llegó a los 2,1 euros.