Los expertos lo llaman la Industria 4.0 o cuarta etapa de la revolución tecnológica. Pese a que su evolución, a nivel global y sectorial, es aún muy dispar, va asentándose de forma paulatina en todas las empresas. La demanda de trabajadores con perfiles muy especializados a nivel tecnológico se va a incrementar en los próximos años, auguran los expertos, que reclaman una reflexión general para encauzar un problema que, en el futuro inmediato, va a seguir siendo "estructural" y de "difícil" solución, ya que existen problemas para hallar trabajadores con las capacidades requeridas.
Ander Sansinenea, responsable del área de Personas de la consultora LKS Next, integrada en Mondragón, señala el "desequilibrio enorme" que se está produciendo entre la oferta de estudios y las necesidades que ya están teniendo las empresas, con crecientes complicaciones para cubrir puestos de trabajo con alta especialización. Entre esos campos, destaca, figuran los vinculados a la ciberseguridad, la programación informática y la ciencia de datos, con campos como el 'big data' y el denominado Internet de las Cosas (IoT).
A su juicio, existe un déficit de profesionales, ya que a la crisis demográfica - "por cada persona que se jubila actualmente entran a trabajar 0,79", indica- se une la "dicotomía" que aumenta en el mercado laboral entre trabajadores que están mejorando sus competencias formativas y los que sufren la amenaza de quedar "descolgados". "Si una persona no ha renovado sus capacidades laborales pueden encontrarse en el futuro con una baja empleabilidad. Debemos asumir que nuestra etapa formativa no acaba cuando finalizan los estudios", advierte.
Un diagnóstico parecido emite el físico y matemático Humberto Bustince, catedrático de Ciencia de la Computación e Inteligencia Artificial de la Universidad Pública de Navarra. "El perfil fundamental que se va a necesitar es el de un científico de datos, alguien que sea capaz de identificar los que se necesitan, procesarlos y extraer de ellos un valor añadido para la empresa. La ciencia de datos no es algo fácil, pero las empresas se han dado cuenta de que los necesitan para entender la demanda y generar nuevas oportunidades de negocio", explica Bustince, miembro también de Jakiunde, la Academia de las Ciencias, de las Artes y de las Letras de Euskadi.
La Inteligencia Artificial (AI) va a ser una de las claves de bóveda. Un mecanismo que pueda "predecir" los hechos antes de que ocurran: desde la avería de un componente en una maquinaria al factor de riesgo de una enfermedad. En este sentido, el experto destaca las posibilidades de la AI no solo en el sector industrial, sino también en los servicios o la salud. "La medicina de precisión va a ser muy importante en el futuro", añade.
Estas tendencias y problemas afectan, en mayor o menor medida, a las economías mundiales y Euskadi y Navarra no son una excepción, aunque con prospecciones que invitan a la confianza. "Euskadi no está mal posicionada porque su nivel industrial es importante", apunta el experto de LKS Next.
El Gobierno vasco aprobó el pasado año el Plan de Desarrollo Industrial e Internacionalización 2021-2024, dotado con más de 4.000 millones y que busca que hasta el 40% el PIB lo aporte la Industria 4.0.
En Navarra, el Gobierno foral organiza el programa de ayudas ‘Itinerarios 4.0’ para la transformación digital. Asimismo, el Polo de Innovación Digital de Navarra, con colaboración público-privada, contribuye al mismo objetivo. Los cambios que ha traído la pandemia, con una mayor presencia del espectro digital, "podrían facilitar la contratación de personas con algunas de las habilidades digitales críticas que las empresas necesitarán en los próximos años, como en ciencia de datos e ingeniería de IoT", señala en un informe la Asociación de la Industria de Navarra.
Bustince constata la "escasez" de profesionales con alta especialización tecnológica, un problema para el que ve difícil solución a corto plazo, si bien cree que "se han dado pasos enormes en la Comunidad Foral en la última década" en la digitalización interna de las empresas.
Con la necesidad de formar profesionales que, a largo plazo, puedan desarrollar estas labores, ambos expertos coinciden en destacar que las pymes son las que más problemas van a afrontar para hallarlos y ven inevitable que se recurra a especialistas de otras comunidades del Estado y del extranjero. "Tenemos que ser atractivos para atraer talento de otros lugares y hay empresas en Euskadi que ya lo están haciendo. Tras la crisis de 2008, muchos jóvenes vascos tuvieron que emigrar y ese talento lo aprovecharon en ciudades como Múnich, Londres o París. Parte de ellos han vuelto en los últimos años y hay que retenerlos", dice Sansinenea. "La pandemia ha acelerado todo los procesos de digitalización y ha abierto un mundo nuevo. Las generaciones jóvenes actuales lo están entendiendo", se felicita Bustince.