El último y desesperado intento por lograr consensuar las condiciones de la aplicación de un expediente de regulación temporal de empleo (ERTE) de 30 días en la planta de Mercedes-Benz en Vitoria no sirvió para llegar a buen puerto y hacer converger los intereses de dirección y sindicatos integrantes del comité de empresa.

Tras la moratoria excepcional y el periodo de reflexión abierto en el desencuentro del viernes, ayer a mediodía se volvieron a encontrar las partes en la mesa negociadora. Poco menos de una hora fue suficiente para repetir la situación y dar por definitivamente agotado el proceso.

El único documento que se firmó fue un “acta de no acuerdo por decisión exclusiva de los miembros del comité de empresa”, explicitó la dirección en un comunicado al que tuvo acceso este diario. La empresa tiene las manos libres para aplicar el ERTE de 30 días, hasta finales de junio, sin llevar a cabo ningún tipo de compensación salarial a los 4.669 operarios afectados por la medida.

El origen de la discordia giró de nuevo ayer en el número de sindicatos que apoyaban la última propuesta de la dirección y el porcentaje de respaldo a la misma. El documento puesto sobre el tablero por los rectores se comprometía a alcanzar, como en el ERTE del año pasado, una compensación del 80% del salario durante las jornadas de suspensión de producción, el 100% de las pagas extra y vacaciones, mientras a los mayores de 55 años se les planteaban hasta tres alternativas.

Este planteamiento fue el viernes el punto en el que se mostraron de acuerdo UGT, CCOO, Ekintza y Plataforma Independiente Mercedes (PIM). Ya con estas cuatro centrales sindicales se alcanza una mayoría del 51% de la representación del comité. Sin embargo, la propia UGT tanto en la jornada del viernes como en la de ayer reclamó que se llegara a un 55% de respaldo sindical de ese planteamiento incorporando un quinto sindicato, con algún representante de ELA, LAB o ESK.

“Cualquier acuerdo que afecte a la totalidad de la plantilla sin el voto a favor del presidente, tesorero o secretario carece de validez. Exigimos que haya más del 55% del comité de empresa”, indicaron desde la central.

Esa insistencia en elevar el nivel de apoyo fue la que terminó por dinamitar todos los puentes y llevó a la negociación al desencuentro total. Al no ver satisfecha esa propuesta, UGT se “desmarcó de la firma”, explicó a este diario Igor Guevara, presidente del comité de empresa y representante de ELA.

CONDICIONES LABORALES

Argumentó Guevara el rechazo de su central sindical a esa regulación temporal al considerar como algo no normal que una “medida pública para utilizar en situaciones imprevistas, como es un ERTE, se convierta en una herramienta de flexibilidad para planificar una mayor productividad”.

“Desde ELA, siendo conscientes de que una mayoría del comité no defiende lo mismo, presentamos una propuesta para evitar la utilización abusiva del ERTE, pero fue rechazada por el comité, primero y por la empresa, después”, resumió Guevara ayer.

Desde LAB ahondaron en el rechazo a la “imposición del ERTE, que hace recaer de nuevo sobre la plantilla los problemas que alega la empresa. Antes de recurrir a esa medida se podían adoptar otras como rebajar los tiempos de trabajo, que incluso mejorarían las condiciones laborales de la plantilla, en vez de empeorarlas”.

Más significativa fue la postura de CCOO al considerar “un desastre para la plantilla” esa falta de acuerdo. El sindicato estaba dispuesto a aceptar la oferta porque “eran las mejores condiciones de los últimos años”.