No se habla de otra cosa en la fábrica Michelin de Vitoria-Gasteiz. De manera totalmente sorpresiva, su director, Mariano Arconada, ha anunciado esta mañana su marcha de la factoría ha dirigido desde 2019.

Según fuentes consultadas por DIARIO DE NOTICIAS DE ÁLAVA, hasta el mismo día de ayer Mariano Arconada ha estado trabajando “con total normalidad” en sus funciones de dirección de la segunda empresa más importante de la capital alavesa, con cerca de 3.400 empleados. Sin embargo, esta mañana anunciaba a sus personas más cercana que hoy “era su último día de trabajo”.

Arconada, nacido en Santander, es ingeniero de caminos, canales y puertos por la Universidad de Santander y cuenta con una sólida trayectoria profesional en la factoría francesa. Su vinculación con Michelin se remonta al año 1986, cuando se incorporó a los Servicios Centrales de la planta de Valladolid, en concreto al área de Ingeniería. Poco después fue destinado a la fábrica burgalesa de Aranda de Duero, donde asumió responsabilidades en la línea de fabricación de neumáticos para camión, y más tarde, en 1990, regresó de nuevo a la capital vallisoletana para asumir puestos de liderazgo en la Dirección Técnica.

Fiel a los principios ejecutivos de la multinacional gala, también tuvo Arconada su particular inmersión en la casa matriz de Francia a mediados de los 90 como responsable en áreas de Calidad y Gestión de Proyectos, además de liderar en este mismo periodo la Dirección europea de neumáticos para el turismo, según el comunicado que por aquel entonces publicó la compañía francesa. Para entonces, ya eran evidentes las dotes de este cántabro para liderar equipos, sacar lo mejor de cada uno de sus profesionales y establecer mecanismos fluidos de comunicación en el siempre complicado contexto industrial que conforman empresa y sindicatos.

Regresó una década después a Aranda para asumir (2004) la dirección general del centro burgalés y cinco años después, el 1 de julio de 2009, aceptó el reto de consolidar la planta de Valladolid, la más joven de las factorías de Michelin España, donde ha dejado su particular sello en la última década. Tras ello, en 2019 llegó a Vitoria-Gasteiz, en donde ha permanecido hasta el día de hoy tras anunciar a sus compañeros de trabajo que era “su último día de trabajo”.