La firma, que está integrada en bai&by Fundazioa, nació en 1991con el objetivo de aprovechar el potencial de la inteligencia artificial en el mundo educativo y, más concretamente, en la creación de software inteligente para la enseñanza de idiomas. En noviembre de 2019 su grupo de I+D recibió una llamada de la Sección de Euskera del Departamento de Educación del Gobierno de Navarra en la que les trasladaban la frustración de una alumna sorda por la falta de oferta formativa específicamente pensada para salvar los obstáculos que los métodos tradicionales de aprendizaje plantean a quienes sufren deficiencias auditivas.
La demanda era en realidad algo en lo ya habían reparado en Didaktiker, especialmente desde el nacimiento de la fundación, entre cuyos objetivos se encuentra precisamente la socialización de la educación entre las personas con necesidades especiales. Pero fue aquella llamada la que finalmente les hizo recoger el guante sabiendo que en casa ya tenían un buen punto de partida: la experiencia docente de bai&by en el aprendizaje online de euskera e inglés y su plataforma inteligente, que podía ser adaptada a las necesidades de estos alumnos. Y eso que, como enseguida les hicieron saber en la Federación Vasca de Asociaciones de Personas Sordas (Euskal Gorrak), el colectivo al que ahora se dirigían resultaba más heterogéneo de lo pensado a priori; al fin y al cabo, no tiene las mismas limitaciones quien no oye nada que quien parece una hipoacusia moderada o incluso leve.
Por eso, tras realizar una primera adaptación de su plataforma de enseñanza (para eliminar, por ejemplo, cualquier alarma sonora o subtitular los recursos que sólo disponían de audio) e implementar las mejoras iniciales propuestas por los testadores voluntarios de Euskal Gorrak, el equipo dedicado al proyecto optó por definir tres perfiles diferenciados de posibles usuarios. Esto obligaría a realizar a cada alumno una breve entrevista previa al inicio de la formación, pero permitiría ofrecer a cada quien la versión de la plataforma que mejor se ajustaba a su caso concreto según se tratara de personas con dificultades auditivas pero capaces de oír y hablar, alumnos con un alto grado de sordera o, finalmente, público totalmente sordo. El único requisito para poder formarse online de manera autónoma quedaba así limitado a que los potenciales usuarios de la herramienta pudieran leer y escribir en castellano.
Profesor virtual
Una vez establecidos estos perfiles se estudiaron al detalle cuáles eran las limitaciones y necesidades específicas de cada uno de ellos y, tras volcar esta información en la plataforma, entró en juego el 'profesor virtual' DDK System (Dynamic Development of Knowledge), que reconoce las características individuales de cada uno de los alumnos. Analiza cómo memoriza las cosas a corto y largo plazo, cuál es su capacidad de asimilación de los conceptos nuevos y dónde encuentra mayores dificultades y comete más errores, además de detectar posibles cambios en su rendimiento. De este modo, la inteligencia artificial ajusta permanentemente los recursos didácticos empleados (desde juegos a tutorías) a las características personales del usuario.
Para asegurar el cumplimiento de los objetivos, durante el proceso de desarrollo la plataforma ha sido varias veces testada por voluntarios de Euskal Gorrak y la Asociación de Personas Sordas de Navarra (Asorna), quienes, además, probaron el programa piloto de la herramienta, que finalmente fue lanzada al mercado el año pasado.