- Ante la tendencia a reducir sucursales bancarias, el vicepresidente de la Fundación ”la Caixa”, Juan José López Burniol, puso ayer en valor “la relación y el diálogo” con los clientes. Asimismo, señaló que las fundaciones bancarias, como las administraciones publicas, “deberían implicarse más” para conseguir que los bancos estén “localmente más arraigados”. Burniol hizo estas declaraciones en el marco del encuentro Deusto Business Alumni, organizado en colaboración con PwC, que se celebró ayer en el Palacio Euskalduna, donde ofreció la ponencia Cajas y Fundaciones Bancarias: dos caras de una moneda.
Durante su intervención, López Burniol hizo un repaso por la historia de las cajas y, posteriormente, de las fundaciones bancarias y estimó que tras la desaparición de las antiguas cajas de ahorros, como consecuencia de la gran depresión económica de 2008, algunas como La Caixa y las cajas vascas supieron “preservar su independencia”. Según añadió, se aprovechó “la ocasión que brindó la crisis para acabar con las cajas” y, aunque es “cierto” que había fallado la gestión en muchas de ellas, “fueron tratadas peor que los bancos en circunstancias análogas”. Además, apuntó que “el principio del fin” de las cajas pudo venir “de su expansión territorial, mucho antes de la crisis financiera”, ya que “con ella perdieron parte de su capital social”.
Cuestionado por las reclamaciones de las personas mayores ante la digitalización y la reducción de oficinas, consideró que los bancos deberían dar una respuesta distinta hacia este tipo de colectivos. “Alguien tiene que haber para atender a las personas, para explicarles las condiciones de lo que contratan y para escuchar”, añadió. Sin embargo, señaló que esto también es un problema de la administración porque es “un servicio público” y se tiene que “implicar”. “Yo diría que CaixaBank tiene que hacer honor a la estrella, pero no es solo un problema de CaixaBank o de los bancos, la administración también tiene que implicarse”, apuntó.
En este sentido, consideró que el movimiento de cierre de sucursales para potenciar la banca digital “va a consolidarse pero que un banco que cobre los salarios y las pensiones de un porcentaje altísimo de españoles” debe mantener oficinas para que cualquier persona pueda acudir a ella “a hablar” y también debe “de haber cajeros automáticos distribuidos con cierta generosidad”.
En su discurso recordó unas palabras del presidente de la Fundación ”la Caixa”, Isidro Fainé, en las que aseguraba que reducir la desigualdad y cerrar las crecientes brechas de la sociedad son “factores claves para recuperar la confianza de las personas”. Junto a ello, destacaba la necesidad de estar “muy cerca de los clientes y sus necesidades” y señalaba que el crecimiento económico “no puede ser el único objetivo”. Según López Burniol, en la actualidad en Europa “el gran problema social es la desigualdad” entre ricos y pobres y la pobreza infantil, así como la diferencia entre la vida urbana y la rural, y las fundaciones bancarias deben trabajar “para evitar esas desigualdades”.
En el futuro, aconsejó, “las fundaciones bancarias deben preservar el patrimonio que tienen y luego afilar mucho el lápiz para ver en qué invierten y cómo invierten ya que, a medio plazo, no se puede conocer cuál será su futuro” en un entorno de cambios vertiginosos.