- “No pretendemos amortiguar ningún ruido, sino defender lo que estamos haciendo hasta ahora”, enfatizó la consejera de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantxa Tapia. Y es que, en pleno debate sobre las macrogranjas, los gobiernos de Euskadi, Nafarroa, Catalunya y Cantabria anunciaron ayer la constitución de un consorcio integrado por más de 600 explotaciones familiares y cooperativas y 25 entidades pertenecientes a las cuatro comunidades. Con una inversión de cien millones de euros prevista hasta 2026, lo enmarcan en la culminación de un trabajo de años atrás para seguir una línea de sostenibilidad económica, social y ambiental que ayude a impulsar las zonas rurales.

El proyecto abarcará todos los eslabones de la cadena de producción láctea, con la participación de industrias, centros tecnológicos y centros de gestión, comandados por las cooperativas ganaderas Kaiku Berdea, Llet Nostra y Agrocantabria Sostenible bajo la presidencia de Eduardo Urrutia, que también lidera Kaiku Corporación Alimentaria. Un camino que definió como “ambicioso, difícil e ilusionante” para reducir emisiones, eliminar el plástico o “pagar a los ganaderos por encima del precio promedio del mercado”. “Primas verdes” allanarán “este tránsito” a las explotaciones involucradas, que en conjunto producen más de 337 millones de litros de leche anuales. El objetivo, llegar esta filosofía de cuidado del campo “a las nuevas generaciones”. Para el año 2027, se espera reducir en un 60% las emisiones derivadas del proceso productivo y logístico, una bajada del 45% en el consumo de agua, fomentar la economía circular y que los residuos generados disminuyan en alrededor de un 50%.

“Analizaremos los indicadores sostenibles, identificaremos los puntos críticos de nuestras explotaciones” con el fin de definir “unos objetivos de mejora y un arco cronológico para implementarlos y realizar un seguimiento con una visión circular dinámica, abierta a las actualizaciones”, precisó Josep Usall, en representación del centro tecnológico catalán IRTA.

Los conocimientos que “llevamos más de treinta años transfiriendo a la ganadería” contribuirán a que “se beneficie toda la cadena de valor”, según destacó Juan Bautista Jauregi, quien puso en valor que “conocemos a los ganaderos que producen el 90% de la leche y podemos exportar experiencia.

Lo harán aplicando “soluciones precisas para cada tipo de explotación tras localizar los identificadores sostenibles que nos permitirán sacar una fotografía” del sector, señaló Eva Ugarte, del centro tecnológico Neiker. Además, el bagaje de las entidades que participan en el proyecto sienta las bases para “trabajar con herramientas testadas y validadas para medir y efectuar proyecciones que reduzcan el impacto ambiental al menor precio posible e informar al consumidor”, subrayó Rogelio Pozo, de AZTI. En este sentido, se desarrollará un distintivo europeo para que, en el momento de comprar, se sepa qué productos son más sostenibles y puedan elegirlos “de acuerdo a sus valores”.

Todo el proceso se acompañará de una transformación digital mediante nuevas infraestructuras tecnológicas, automatización de procedimientos y aplicaciones de inteligencia artificial e inteligencia del dato para optimizar eficiencia productiva y rentabilidad. Constituye un buen ejemplo la explotación de Karrantza que acogió la puesta de largo del consorcio en presencia de representantes gubernamentales de las cuatro autonomías que lo forman.

La consejera navarra de Desarrollo Rural y Medio Ambiente, Itziar Gómez, recordó que “hemos sido pioneros en limitar el tamaño y distancia entre explotaciones” de vacuno de leche y carne buscando “minimizar los riesgos epidemiológicos y blindar el modelo que defendemos”, de forma que “obligamos a los ganaderos a la excelencia medioambiental, sanitaria y de bienestar animal” al mismo tiempo que “acompañamos” articulando ayudas enfocadas a “garantizar el modo de vida de nuestros pueblos y la cohesión socioeconómica del territorio”.

El consejero de Desarrollo Rural, Ganadería, Pesca, Alimentación y Medio Ambiente del Gobierno de Cantabria, Guillermo Blanco, apostó por favorecer “la incorporación de la juventud” y potenciar el valor del producto porque “no podemos continuar consintiendo que la lecha se convierta en un producto reclamo” y seguir “abanderando las explotaciones familiares”.

La consejera catalana, Teresa Jordà i Roura, se mostró de acuerdo en que “la gente necesita disponer de información” para elegir la cesta de la compra y se puede conjugar “la sostenibilidad económica con la social y la ambiental”. Puso como ejemplo dos proyectos de la Generalitat: “un plan estratégico de alimentación elaborado en colaboración con toda la cadena, desde productores hasta consumidores y la defensa de la proximidad a través de una ley de producción agrícola sostenible”.

Por su parte, Arantxa Tapia ensalzó a las diputaciones vascas en cuanto al fomento de calidad, relevo generacional “con la incorporación de 500 jóvenes en los tres territorios”, políticas agroganaderas comunes y una gastronomía asociada a la producción. La consejera vasca cree que la conciencia social cunde, refiriéndose a una encuesta televisiva en la que las personas entrevistadas se declaraban dispuestas a pagar por la leche en torno a 0,90 céntimos.

“No pretendemos amortiguar ruido, sino defender lo que estamos haciendo hasta ahora”

Consejera Gobierno Vasco

“Acompañamos a los ganaderos para garantizar el modo de vida de nuestros pueblos”

Cons. navarra de Desarrollo Rural