Desde los primeros días de este año, los Talgo Avril, el tren de muy alta velocidad que circula a 360 kilómetros por hora y que ha sido fabricado en la factoría de Ribabellosa, ha vuelto a circular en pruebas por la vía cerrada al tráfico entre Burgos y Venta de Baños, en Palencia, para completar su homologación antes de su puesta en servicio entre España y Francia.

Las pruebas se están realizando con un reducido equipo a bordo, formado por personal de conducción y técnicos de puesta en servicio de Talgo. Con ellos, la empresa confirmó este verano que se había logrado la velocidad punta de 363 km/h en un tramo de la nueva línea ferroviaria Madrid-Burgos, entre la localidad palentina de Venta de Baños y la ciudad de Burgos, infraestructura terminada de construir en 2020 y cerrada al tráfico de viajeros, de momento.

Aquel resultado era sólo una de las etapas de homologación, que entre otras cosas requiere la circulación de Talgo Avril durante más de 30.000 kilómetros tanto en líneas de ancho estándar europeo (de alta velocidad), como en líneas de ancho ibérico (tanto convencionales como de alta velocidad).

Las pruebas, que están registrando el comportamiento altamente satisfactorio de todos los elementos del tren, desde la rodadura a la tracción, pasando por los sistemas de captación de energía y los de señalización, sirven además para introducir y validar un concepto también revolucionario: el cambio automático de ancho de vía para trenes de muy alta velocidad (aquellos capaces de superar los 300 km/h).

Al equipar la mitad de la serie -15 unidades- con esos sistemas, Talgo Avril resuelve así y en el corto plazo un horizonte de explotación y de inversiones a largo plazo necesariamente complejo como el que se plantea en algunos destinos del tercio norte peninsular como Asturias o País Vasco, donde todavía quedan redes de ancho de vía ibérico.

Junto a estos ensayos en territorio del Estado, se trabaja también en territorio francés para su explotación comercial por Renfe en el país vecino. Estos trabajos se centran fundamentalmente en la validación técnica de los sistemas de control a bordo de los 10 de los 30 trenes que están adaptados para Francia.