- La industria vasca cerró en diciembre su peor ejercicio desde 2009, el año del primer golpe de la última crisis. La producción de las fábricas de Euskadi cayó un 13,3% en 2020, un curso en el que la pandemia marcó el paso de toda la actividad económica, con periodos sin pulso y ritmo bajo durante varios meses. La recuperación tras el verano alimentó las expectativas, pero la segunda ola frustró cualquier intento de salvar los muebles.

La única nota positiva es que, a pesar de los obstáculos que ha puesto el covid, no se ha llegado a los extremos de hace 12 años, cuando el índice de producción se desplomó un 21,4%. Aquella crisis era financiera y las empresas se vieron estranguladas. En este caso, el problema sanitario ha dificultado la actividad, pero no la ha colapsado. En cualquier caso, lo cierto es que, según los datos hechos públicos ayer por el Instituto Vasco de Estadística, Eustat, se frena en seco el ritmo de crucero, con una ralentización natural tras años de crecimiento, que mantenía el sector manufacturero vasco desde que dejó atrás la anterior recesión.

El escenario cambió radicalmente en cuando se desató la pandemia y se decretó el confinamiento en marzo. Entonces la actividad se contrajo un 14,3% respecto al mismo mes del año anterior, a la que siguió el mayor descenso, registrado en abril, del 39%. A partir de septiembre, la caída se situó por debajo de los dos dígitos para terminar diciembre con un descenso interanual del 7,2%. El acumulado del año también se ha ido corrigiendo hasta el 13,3% final. La producción industrial vasca se contrajo en 2020 en todos los grandes sectores. El mayor descenso, del 15,8%, se dio en los bienes intermedios, entre los que se encuentran las actividades de metalurgia, fabricación de productos metálicos, industria química y productos de caucho y plástico. Los bienes de equipo, que incluyen la fabricación de vehículos de motor, la construcción de material ferroviario y la construcción aeronáutica y naval cayeron un 12,6%, y la energía un 11,9%.

Los bienes de consumo, por su parte, cerraron el año con una caída de producción del 6,7%; los bienes de consumo duradero, entre los que se encuentran las actividades de fabricación de muebles y aparatos domésticos, retrocedieron un 13,2%; y los de consumo no duradero, es decir los relacionados con la fabricación, procesado y conservación de alimentos, de productos para la limpieza e higiene y de confección de prendas de vestir, limitaron su caída al 5,2%.

Por territorios, Bizkaia tuvo el descenso más acusado, con un retroceso en 2020 del 16%, seguido de Araba (-13,2 %) y de Gipuzkoa (-10,6 %).

-39%

La actividad industrial estuvo prácticamente paralizada durante el confinamiento y registró una caída histórica del 39% en mayo. El índice se ha recuperado gradualmente desde entonces, pero la segunda ola frustró la expectativa de un mejor resultado y la caída final ha sido del 13,3%.

Perspectivas. Pese a estos malos datos, el Gobierno vasco confía en que en 2021 se producirá una recuperación del sector industrial, no así el de servicios que es el más castigado por las restricciones sobre la movilidad.