- El Gobierno tiene previsto retrasar los cambios en el impuesto de sociedades a después de 2021, aunque incluirá ajustes tributarios en los presupuestos del año que viene para las rentas más elevadas y para los grandes patrimonios. Fuentes cercanas a la negociación presupuestaria señalaron que la propuesta de subir el 1 % el impuesto de patrimonio a las fortunas de más de 10 millones de euros no se descarta, al igual que un ajuste a las rentas más altas en el IRPF, que en este caso podrían ser para franjas de ingresos de entre 200.000 y 300.000 euros.

El plan presupuestario que el Ejecutivo envió a Bruselas contempla “una serie de medidas” en la imposición directa que permitirá “reforzar la progresividad del sistema impositivo” con una recaudación adicional de 550 millones en 2021, lo que podría incluir la subida de patrimonio y los nuevos tramos IRPF, así como la eliminación o reducción de los incentivos a los planes de pensiones.

El Gobierno tiene encima de la mesa desde julio un informe de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), que cuestiona la eficacia de este incentivo para el ahorro a largo plazo que tiene un coste para las arcas públicas de 1.643 millones al año.

Lo que sí parecen descartados son los cambios en el impuesto de sociedades para establecer un tipo mínimo efectivo del 15 %, que se elevaría hasta el 18 % para la banca y las petroleras, y que formaba parte del acuerdo de Gobierno de PSOE y Unidas Podemos.

La ministra de Hacienda, María Jesús Montero, señaló en varias ocasiones que la gran reforma del impuesto de sociedades se acometerá a lo largo de la legislatura y no tanto en 2021, y que las medidas económicas que se aprueben no pueden dañar a las empresas, suficientemente afectada por la actual crisis.

Por otra parte, el Gobierno anunció que el gravamen sobre las bebidas azucaradas subirá del 10% del IVA al 21% para “fomentar hábitos más saludables”, señaló Hacienda. Desde la patronal de fabricantes de refrescos, Anfabra, que agrupa a Coca-Cola, Pepsico o Schweppes, criticaron la medida por considerar que muestra un “claro componente ideológico”.