-La pandemia de coronavirus ha lastrado la movilidad en el mundo hasta límites insospechados hace unos meses y los eventos internacionales con importante número de asistentes y con procedencia de diferentes países, caso de las grandes ferias comerciales, han paralizado casi totalmente su actividad. La suspensión de la edición de este año del mayor certamen del País Vasco, la Bienal de Máquina Herramienta (BIEMH), y su aplazamiento hasta 2022 es un efecto más del covid-19, según señala Xabier Basáñez, director del Bilbao Exhibition Centre (BEC) y presidente de AFE, la Asociación de Ferias Españolas.
¿Cuándo se decidió al inicio de la pandemia aplazar la Bienal de Máquina Herramienta de mayo a noviembre llegó a pensar que no se iba a celebrar el certamen?
-La verdad es que no. Al principio pensamos que esto del virus era una cosa interna de China, de sus peculiares mercados alimentarios. Cuando se suspendió la feria Mobile World Congress (MWC) en Barcelona todavía creíamos que los norteamericanos exageraban un poco. Y al final, el covid-19 ha desembocado en una pandemia con los efectos negativos que estamos viendo sobre la vida, la movilidad y la actividad económica.
¿Qué supone para el director del BEC suspender la BIEMH, la mayor feria de Euskadi y una de las tres primeras de Europa en su sector?
-Pues de salida no se puede negar que es un palo, un palo muy duro. La Bienal es el mayor certamen del BEC y su importancia para el sector industrial de máquina herramienta y para el entorno de Euskadi y la economía vasca es notable. Es un escaparate internacional de primer nivel. En la anterior edición, la de 2018, se recibieron visitantes de más de 60 países. Es nuestro certamen más importante e internacional. La verdad es que hemos trabajado codo con codo con AFM y con AIMHE con la voluntad de intentar celebrarla con la mayor normalidad posible. De hecho, adoptar la decisión de aplazar el evento hasta 2022 no ha sido fácil pero es una medida correcta que había que tomarla y se ha hecho conjuntamente con el sector empresarial.
¿Se llegó a manejar la alternativa de ir a un formato más reducido de feria y más adaptado a la nueva realidad configurada por la pandemia?
-Sí. Se ha trabajado mucho. Se han pensado varias alternativas, con menos costes, menos metros, pero al final teníamos claro que la decisión correcta era aplazar la feria a la vista del actual momento de incertidumbre porque consideramos que no se puede poner en riesgo la marca, el nombre y la trayectoria de 60 años de la Bienal de Máquina Herramienta, así como el esfuerzo y la importante inversión que hacen los expositores que acuden a este certamen ferial en las instalaciones del BEC. No podíamos garantizar que viniesen los compradores internacionales, ni el nivel mínimo que exige el certamen.
¿La suspensión de la Bienal no ha sido un hecho aislado en el mundo?
-Efectivamente, la complicada situación derivada de la gravedad de la pandemia ha afectado a todos los eventos feriales profesionales, en el Estado español, en Europa y en todo el mundo. Los eventos de carácter internacional se han visto afectados igual que la Bienal. Otra cosa han sido, y son, las ferias locales y de pequeño tamaño. Estas se están haciendo, a duras penas, y las estamos intentando hacer. De hecho, en el BEC seguimos trabajando para que próximos eventos como Egurtek, Celebra o la Feria de vehículos de ocasión, de carácter local y ligadas al consumo, se desarrollen.
¿Los días de actividad del recinto ferial de Barakaldo habrán caído sustancialmente este año?
-Obviamente. Hay que tener en cuenta que llevamos parados desde marzo. En estos seis meses, más de la mitad de la actividad ferial prevista se ha caído, desde Expovacaciones a la Bienal de Máquina Herramienta, ésta, además, la más importante. De marzo a aquí solo hemos ocupado el BEC unos ocho días. Hay que tener en cuenta que tampoco se celebran, por ejemplo, conciertos. Teníamos previsto una veintena y apenas se han hecho tres. En un año normal tenemos ocupación del recinto, a diferentes niveles, unos 290 días, que es prácticamente todo el ejercicio si descontamos los dos meses vacacionales de verano y Semana Santa.
¿De aquí a fin de año esperan mantener las ferias de carácter más local que tenían previstas en el calendario de 2020?
-Sí y para ello estamos trabajando todos los días. Queremos hacerlas y tratamos de hacerlas. Ferias como Egurtek, relacionada con el mundo de la madera, o Celebra, con las bodas, están en el calendario aunque las hemos adaptado a las circunstancias actuales, con un formato mucho más digital y menos expositivo, caso de Egurtek, aunque sí contemplamos algún acto físico. Celebra, la antigua Expobodas, será totalmente digital aunque pensamos realizar alguna presentación in situ. Estamos trabajando y peleando para poder desarrollar todas teniendo en cuenta las limitaciones del contexto.
¿Lógicamente, a la vista de este escenario, Bilbao Exhibition Centre terminará con números rojos este ejercicio?
-Sin duda. El cierre de 2020 será con pérdidas cuando en enero éramos francamente optimistas sobre la evolución prevista del ejercicio a nivel de números. De hacer un resultado bruto, Ebitda, positivo de más de dos millones de euros a finalizar de forma muy negativa pues se puede imaginar.
¿La suspensión de certámenes como la Bienal tienen un efecto negativo en todo el entorno vasco?
-Sí. No hay que olvidar que en un año normal el impacto económico de la actividad del BEC -ferias, congresos, eventos o conciertos- en Euskadi en términos de PIB supone unos 100 millones de euros. Las arcas forales ingresan unos 5,5 millones de euros y nuestra actividad genera el equivalente a 1.500 empleos.
Esta problemática no afecta sólo a al BEC. Hay muchos colectivos laborales ligados a eventos que están en una situación muy complicada.
-Todos los estamentos ligados a las ferias, los eventos, los espectáculos, los congresos, lo están pasando francamente mal, en Euskadi y en toda Europa. Colectivos como el personal de montaje de escenarios, de stands, de equipos de luces y sonido, agencias de viajes, transportistas, hostelería... Están sufriendo mucho. Desde la AFE, en una reunión con la ministra de Turismo, desde el principio le señalamos que los recintos feriales como el BEC no queríamos ayudas, que las ayudas deben ir a nuestros proveedores y a nuestros clientes, las empresas. Queremos que les ayuden a a acudir a las ferias y a que estén en situación de poder hacerlo.
¿La normalización de los certámenes adaptada a la realidad actual ayudaría a la recuperación económica?
-Sin duda. Desde la AFE estamos haciendo una campaña para convencer a la opinión pública, a las empresas y a las autoridades que los recintos feriales son espacios seguros para hacer eventos. Tenemos instalaciones con los espacios suficientes y con los protocolos adecuados para minimizar el riesgo. No hay que olvidar que es necesario volver a celebrar eventos para reactivar la economía. Se está dando la paradoja, por ejemplo, de que podemos viajar en un Metro hacinados, podemos acceder a los supermercados o centros comerciales o a los restaurante y no podemos ir, porque la actividad de certámenes está prácticamente paralizada, a recintos feriales como, por ejemplo, el BEC que se puede gestionar para dar las mayores garantías posibles.
¿Las empresas son reticentes a acudir a ferias en esta coyuntura?
-Sí. El problema es que las empresas siguen en estos momentos con la consigna de no hacer viajar a sus trabajadores pero creo que hay que hacer una reflexión. Sin desplazarte cómo vas a hacer la labor comercial, cómo vas a vender, cómo vas a atender a tus clientes. La digitalización ayuda en muchas cosas pero no lo es todo, el encuentro personal sigue siendo importante.
“Esperamos poder desarrollar las próximas ferias previstas aunque adaptadas a la nueva realidad
“No hay que olvidar que hay que volver a celebrar eventos para poder reactivar la economía”