- Está muy claro que además de la propia crisis sanitaria y asistencial en la que estamos inmersos y de lo que nos devenga en los aspectos estructurales-sociales, esta pandemia del covid-19 nos dejará un sello indeleble en nuestro sistema productivo y en nuestra economía. Según los economistas, Jose E. Boscá, Javier Ferri y Rafael Doménech, -este último catedrático de Fundamentos de Análisis Económico de la Universidad de Valencia y responsable económico de BBVA Research-, elaboradores del informe Covid-19: hospitalizaciones y presión sobre el sistema sanitario español, en nuestras manos está que este impacto productivo y económico sea lo más suave posible; su propuesta es clara y directa: hacer pruebas masivas para conocer cuántos ciudadanos están infectados y quienes han pasado la enfermedad, sean asintomáticos o no, y recabar el mayor grado de datos fiables posibles, de modo que, sin engañarnos un ápice sobre la realidad que nos circunda, podamos elegir el camino apropiado.

Aunque el estudio publicado el 7 de abril pueda parecer ya muy pasado, las conclusiones que presenta el Observatorio del BBVA mantienen su vigencia como plan de acción de presente y de futuro, al menos cercano: deben realizarse las máximas pruebas diagnósticas a toda la población, evidentemente empezando por sanitarios, mayores y personas de riesgo, y hacer públicos todos los datos, tanto científicos de investigación, antivirales, sueroterapias, y en un próximo futuro vacunas, así como las cifras sin maquillar de afectados, hospitalizados, en UCIs, de curados y, por supuesto, de fallecidos. "Test y datos precisos y fiables son la premisa para empezar a reorganizar nuestro sistema productivo y relanzar poco a poco la economía".

La tesis de los expertos es clara, sin estas premisas es imposible lanzar la mirada hacia adelante con una mínima esperanza de éxito.

El informe deja patente que desde el punto epidemiológico estamos cercanos al punto de inflexión en el que se reduzca el número de pacientes ingresados por coronavirus en el conjunto del Estado, como ocurre en algunas comunidades como Euskadi que van ligeramente adelantadas en el proceso.

Los economistas sostienen la conveniencia de que las autoridades sanitarias, estatales y autonómicas, ofrezcan a diario en sus ruedas de prensa datos más precisos y fiables. Porque constatan déficits en la calidad y sobre todo en la homogeneidad de las cifras dadas, los economistas destacan la importancia de contar con datos precisos sobre variables clave para el seguimiento de una pandemia como esta del covid-19, con el objetivo se saber el punto en el que nos encontramos y anticipar tendencias, "ya que en las últimas semanas se viene dando un uso impreciso de la información, bien por la escasez de cobertura y homogeneidad de los datos de la que los usuarios no hemos sido conscientes, bien porque no se ha ya transmitido correctamente", apuntan en su informe los expertos.

Reconocen que durante estas semanas, las imágenes ofrecidas en los medios sobre la falta de material de seguridad para los sanitarios, la saturación de hospitales y UCI, han generado una enorme ansiedad y preocupación social, así como razonables dudas sobre la capacidad de las Administraciones para anticiparse a la gravedad de una epidemia. A diferencia de la respuesta temprana en Singapur, Corea o Taiwán, en países como Italia o España la reacción "ha terminado basándose en el sacrificio, dedicación y capacidad de sus sanitarios", que han pasado en unas semanas de una escasa valoración social, salvo ciertas especialidades médicas, a ser héroes sin capa aplaudidos cada tarde por casi toda la ciudadanía.

Consideran que la adecuada valoración del estado de la pandemia es el aspecto determinante para comenzar a relajar el confinamiento, conforme a una estrategia de salida de la crisis sanitaria que permita reiniciar la producción de la manera más segura, al tiempo que más intensa y rápida posible. En esta línea, el estudio evidencia que asumiendo como razón fundamental para mantener a la población confinada en sus casas y reducir al máximo su movilidad es evitar una presión inasumible por los servicios hospitalarios, "tendríamos que tener datos de calidad sobre los pacientes hospitalizados, ingresos, altas, recaídas y fallecimientos".

Insisten en que en la salida ordenada de esta crisis es crucial contar con la mejor información sanitaria posible en aras a diseñar e ir ajustando una estrategia eficiente, lo que permitirá recuperar la actividad económica de la manera más rápida e intensa posible, al tiempo que mantener una total seguridad en términos de salud.

En la misma onda de varios ejecutivos autonómicos, entre ellos el del lehendakari Urkullu, señalan la necesidad de evitar plantear el tramposo y capcioso dilema entre reactivación económica y salud, "porque una economía productiva, eficiente y dinámica es requisito base para contar con recursos suficientes con los que financiar el sistema sanitario que pueda hacer frente a esta y futuras pandemias, reducir su letalidad y mejorar asimismo la calidad de vida de la ciudadanía", reflexionan.

Boscá, Doménech y Ferri recalcan repetidas veces en su trabajo del Observatorio del BBVA, lo esencial que resulta conocer cuántos ciudadanos han pasado la patología realizando pruebas masivas y así valorar si se puede presuponer que tienen inmunidad y son operativos sin contagiar a otros. Apuntan también la necesidad de conocer "el número real" de personas que están pasando el coronavirus y que tienen que estar confinados en sus casas o en los hospitales en cuarentena. En cuanto al resto de la población que no ha sufrido aún el covid-19, indican que "deberíamos ser capaces de distinguir entre los jóvenes, que con medidas sanitarias precisas podrían reanudar su actividad, y las personas vulnerables que deben de mantener un mayor alejamiento social hasta que se disponga de una vacuna, o se logre inmunidad comunitaria", añaden.

La conclusión de estos economistas es que si queremos salir con mínimos destrozos económicos se debe asentar primero la base de la solución sanitaria que pasa por pruebas masivas y clasificación de la población según sus riesgos de infectabilidad, unida a una información precisa de la pandemia para poder encarar las soluciones.

"No existe el dilema entre reactivar la economía y resolver el problema sanitario"

"Para opinar con criterio y acertar en las decisiones es imprescindible una buena información"

Economistas BBVA Researh