tokio - El expresidente de Nissan Carlos Ghosn huyó el pasado martes de Japón, donde se investiga su supuesta implicación en delitos de corrupción, y llegó a Líbano, tal como él mismo confirmó en un comunicado en el que dice sentirse víctima de una "persecución política" y denuncia el "amañado" sistema judicial nipón.
Esta huida es el último giro de un caso que comenzó el 19 de noviembre de 2018 con el arresto de Ghosn en el aeropuerto de Tokio. Las autoridades japonesas le acusan de cuatro cargos, entre ellos la ocultación de fondos y el enriquecimiento ilícito a través de pagos a intermediarios de Oriente Próximo.
El antiguo responsable de la empresa automovilística, que siempre ha negado cualquier delito, estaba en libertad condicional a la espera de juicio, pero ha decidido esquivar cualquier proceso con un viaje a Líbano, uno de los tres países de los que tiene nacionalidad, junto a Francia y Brasil.
"Ahora estoy en Líbano y ya no seré rehén del amañado sistema judicial japonés, en el que existe presunción de culpabilidad, la discriminación es palpable y se niegan los Derechos Humanos básicos", afirmó Ghosn, de 65 años.
"No he escapado de la justicia", matizó. "He escapado de la injusticia y de la persecución política. Ahora por fin puedo comunicarme libremente con los medios, algo que confío en poder hacer a partir de la próxima semana", añadió el exdirectivo de Nissan.
Su abogado, Junichiro Hironaka, aclaró ante los periodistas que tiene en su poder los tres pasaportes de Ghosn, tal como se estableció en el pliego de condiciones para la concesión de la libertad condicional -también se fijo una fianza de 9 millones de dólares-. Hironaka se desmarcó de una huida que considera "inexcusable" por parte de su cliente.
Fuentes de seguridad libanesas citadas por la cadena de televisión nipona NHK aseguraron que una persona que se parecía a Ghosn llegó al aeropuerto de Beirut a bordo de un avión privado y con otra identidad. Las autoridades de inmigración de Japón no tienen constancia en sus registros de la salida de Ghosn con su nombre.
Una portavoz de la Embajada libanesa en Tokio afirmó a su vez que su oficina "no recibió ninguna información" previa al viaje, que también pilló por sorpresa en Francia. La secretaria de Estado de Economía gala, Agnès Pannier-Runacher, reconoció el pasado martes en France Inter que están "muy sorprendidos" por la noticia, de la que se enteraron a través de los medios de comunicación.
Ghosn nació en Brasil, tuvo parte de su educación en el Líbano y se desarrolló profesionalmente en Francia. Sus triunfos corporativos los hizo en Renault y se convirtió en uno de los artífices de la alianza con Nissan, fraguada hace más de un decenio. Su detención puso fin a una brillante carrera. - E.P