Gasteiz - Los vientos de cola han dejado de soplar y la economía vasca pierde inercia. El PIB de Euskadi creció un 2,2% en el segundo trimestre del año respecto al mismo periodo de 2018, un ritmo más que aceptable que está por encima de la media de Europa, pero una décima inferior a lo que había calculado inicialmente el Instituto Vasco de Estadística Eustat, que ayer amplió el dato avanzado a mediados de julio. Tras varios trimestres por encima o muy cerca del 3%, el PIB se instala en torno al 2%, en línea con la previsión oficial de crecimiento para el conjunto del año.

La incertidumbre que sigue rodeando el Brexit, la guerra comercial entre Estados Unidos y China o la amenaza cada vez más real de una recesión en Alemania son un lastre demasiado pesado en el contexto internacional. Por ello, el sector más sensible a los mercados exteriores, la industria, es el principal protagonista de la ralentización de la CAV.

El sector manufacturero ha encadenado ya tres trimestres de crecimiento moderado, por debajo del 1%, y sin el empuje de las fábricas, el conjunto de la economía vasca se resiente. Con todo y tras conocerse el dato de crecimiento del segundo trimestre de este año, el lehendakari, Iñigo Urkullu, aseguró que su Ejecutivo no va a cambiar la estimación de incremento del PIB para el conjunto del año, el 2,3%.

Ese cálculo tiene como base la buena salud de los otros dos grandes sectores. La construcción, a pesar de que también acusa cierto desgaste -creció un 4,8% en el primer trimestre y se relajó hasta el 2,9% en el segundo-, sigue avanzando a buen ritmo. Los servicios, por su parte, mantienen la línea del año pasado (2,6%). E incluso la industria mejora y crece ocho décimas frente al 0,3% del cuarto trimestre de 2018 y el 0,6% del primer trimestre de este curso.

La economía vasca continúa latiendo con buen pulso y el consumo y la demanda interna avanzan a un ritmo (2%) que aleja cualquier sombra de recesión. En el sector exterior se observa cierta mejora y las exportaciones tuvieron un comportamiento positivo (2,8%) en el segundo trimestre del año tras caer un 1,4% en el primero. Las importaciones también cambiaron el paso y repuntaron un 2,6% frente al -0,8% del arranque del ejercicio.

No hay motivo por tanto para la alarma y la previsión para 2020 apunta a un incremento del PIB 2%, lo que implica que Euskadi continuará avanzando este año y el próximo por la franja de crecimiento que favorece la creación de empleo.

La ralentización de la economía vasca tiene a su vez un componente coyuntural: los ciclos de gran intensidad dejan tradicionalmente paso a momentos de mayor moderación y posteriormente de decrecimiento.

En este caso hay que seguir con atención cómo evolucionan todos esos aspectos que en estos momentos frenan el crecimiento mundial y la actividad exportadora de las empresas vascas. Si se resuelven cuestiones como la guerra comercial -Washington y Pekín se han citado en octubre- y se avanza en otras como el Brexit, mejorará notablemente la actividad de la industria y añadirá fuerza al PIB.

En cuanto a la variable laboral de las Cuentas Económicas Trimestrales hechas públicas ayer por Eustat, la creación de empleo mantuvo el tono con un crecimiento del 1,7%, una décima menos que el dato registrado entre enero y marzo.

2,2%

La economía vasca creció un 2,2% en el segundo trimestre de este año, una décima menos de lo calculado inicialmente por Eustat, pero en línea con el objetivo del año.

Mejor que Europa. Euskadi está creciendo en estos momentos el doble que la Unión Monetaria Europea (1,2%). La locomotora del euro, Alemania, cayó una décima. En términos intertrimestrales, Euskadi avanzó un 0,6% entre abril y junio frente al 0,2% de la eurozona. La demanda interna mantiene a Euskadi por encima de la media.