bilbao - El antiguo grupo CEL, antes Virtisú, encara una nueva fase con optimismo. Los planes de Lucart, en líneas generales, se han ido cumpliendo según lo programado cuando la firma italiana se hizo con la papelera hace un año. Hace unas semanas que volvió a la actividad la unidad de converting de Güeñes, mientras Aranguren y Artziniega llevan tiempo a pleno rendimiento. Ya hay pedidos cerrados para el año que viene, en el que se prevé seguir consolidando el proyecto e incorporar a los 3 últimos trabajadores que siguen en el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) para completar la plantilla anunciada de 145 personas.
Es el principal borrón en el balance de este primer año bajo el paraguas de Lucart, resalta el comité, que incide en que los nuevos propietarios italianos no habrán cumplido todos sus compromisos hasta que regresen al trabajo todos los 145 empleados que se comprometieron a rescatar del ERE. “Vamos según las perspectivas que ellos marcaron. Tenemos esperanzas de que los italianos cumplan pero aun no lo han hecho”, señala a este periódico un portavoz sindical, que prefiere mantener la cautela y evita hacer una valoración entusiasta.
La multinacional transalpina tomó las riendas del grupo CEL hace exactamente un año, después de que la plantilla votase por mayoría a favor de dar entrada al nuevo comprador. En realidad era la única de las opciones que tenían los trabajadores después de que tres de los cuatro inversores interesados en reflotar el grupo papelero vizcaino se cayesen a última hora de la puja.
Lucart llegó con importantes recortes salariales, además de algunas salidas y bajas pactadas, pero transcurridos los meses la sensación general es que la multinacional con sede en Porcari, en la Toscana, tiene entre manos un proyecto serio. La histórica papelera de Aranguren, uno de los motores económicos y del empleo en Enkarterri, ha atravesado por varios momentos de crisis y reconversión y puede decirse que encara una nueva vida bajo bandera italiana.
Tras la incorporación, el pasado mes de febrero, de la primera treintena de trabajadores para retomar la fabricación de papel -medio centenar no llegaron a parar involucrados en la producción de jabón de Artziniega- el resto de operarios han ido saliendo del ERE a lo largo de 2018. La nueva dirección trazó una previsión de producción inicial para el ejercicio relativamente baja, lo que sería una primera toma de contacto de cara a ir incrementando el ritmo progresivamente. Las expectativas se están cumpliendo con creces y el año termina con la unidad de fabricación de papel prácticamente a pleno rendimiento.
Además, en otoño se volvió a poner en marcha la unidad de converting -conversión del papel en artículos como pañuelos o servilletas- de Güeñes, que aun funciona al ralentí, mientras que la planta de Artziniega, donde se produce jabón, no llegó a parar durante el proceso concursal. En total han salido del ERE 142 operarios después de la incorporación de un último grupo importante a finales de noviembre y la intención de la dirección es rescatar a los 3 trabajadores restantes en el inicio de 2019 a medida que se vaya apretando el acelerador en la unidad de converting.
proyecto sólido La imagen de proyecto sólido se percibe también en el mercado local. Salir de un proceso concursal, sobre todo tras un cambio de este calado, requiere un periodo de adaptación para reatar las relaciones con los antiguos clientes, y en ese sentido se están haciendo los deberes.
Saldadas las deudas en la medida de las posibilidades -Lucart compró CEL por 6,3 millones, más casi 2 millones en indemnizaciones a los trabajadores, y anunció una inversión de 20 millones en cinco años-, ya se han cerrado pedidos con comercializadoras del sector, en algún caso de importante cuantía económica y que garantiza trabajo de cara a 2019.
Un ejercicio que pinta bien para la nueva papelera de Aranguren y que apunta a ser el de la consolidación del proyecto de Lucart. La multinacional, líder europea en la fabricación de papel tisú y con plantas en Italia, Francia y Hungría, aspira con esta operación a reforzar su posición en el mercado español y a dar un impulso a la expansión por el resto de países del continente, explicó hace un año Massimo Pasquini, administrador delegado de Lucart. La ubicación geográfica de las plantas de la antigua CEL permite al grupo italiano contar con una palanca estratégica para atender desde Euskadi a los mercados español, portugués y francés.
Un año con Lucart. Los trabajadores de CEL votaron a favor de la entrada del grupo italiano hace justo un año, de forma que la fabricación de papel se reanudó el pasado febrero.
145 trabajadores. Es el objetivo de plantilla marcado en el plan inicial de Lucart, de un total de 200 personas. Ya se han incorporado la mayoría, mientras que los 3 trabajadores que quedan en ERE saldrán del mismo en el inicio del año que viene.
20
Millones se comprometió a invertir Lucart en cinco años. Pagó 6,3 millones por la antigua CEL, más 2 millones en indeminizaciones.