El perfil del autónomo ha evolucionado desde el inicio de la crisis en 2008 hacia un emprendedor cada vez mayor, con protagonismo absoluto de los mayores de 40 años, y más centrado en actividades profesionales, como administrativas, sanitarias y científicas. Los datos facilitados por el Ministerio de Empleo y Seguridad Social -que se centran en los autónomos personas físicas, aquéllos que realizan su actividad de manera individual sin pertenecer a ninguna sociedad- revelan que los trabajadores por cuenta propia son cada vez de más edad.

De este modo, en 2008, el 66% de los autónomos superaba los 40 años, un porcentaje que ha aumentado en más de 5 puntos, hasta alcanzar el 71,6% en 2017. El presidente de la Federación Nacional de Asociaciones de Trabajadores Autónomos (ATA), Lorenzo Amor, achaca este envejecimiento a la crisis económica, ya que, según explicó en declaraciones a Efe, muchos trabajadores mayores de 40 años “fueron expulsados del mercado laboral y no tuvieron más remedio que trabajar por cuenta propia”.

Por su parte, el secretario general de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), Eduardo Abad, asegura que este cambio es una “evolución natural”, ya que en los últimos años se había producido un “boom del emprendimiento” en el que muchos jóvenes sin experiencia entraban al mercado por cuenta propia, debido a la precariedad laboral e impulsados por la tarifa plana de cotización a la Seguridad Social de 50 euros. “No todo el mundo puede ser autónomo”, puntualizó Abad.

Según los datos de Empleo, cada vez menos jóvenes menores de 25 años están optando por trabajar por cuenta propia, ya que han pasado de representar el 2,5% del total a algo menos del 2%, es decir, en los últimos 9 años el Estado español ha perdido 16.063 jóvenes autónomos. Este fenómeno, a juicio de Amor, estaría explicado por la actual coyuntura económica española, ya que al mejorar las expectativas laborales, “es obvio que un joven vaya a preferir trabajar por cuenta ajena en lugar de propia”.

Sin embargo, la edad no ha sido el único cambio que han adoptado los autónomos en los últimos años, puesto que también ha evolucionado ligeramente los principales sectores económicos a los que dedican su actividad. Desde el 2008, los principales sectores con tradición autónoma como la industria, la agricultura, el comercio, la construcción y la hostelería han perdido autónomos a favor de las actividades profesionales, que ganan terrero entre los trabajadores por cuenta propia. El presidente de ATA considera que el auge de las actividades profesionales entre los autónomos se debe a que las empresas han pasado de tener ciertos trabajadores en la plantilla a subcontratar esos servicios, con lo que “la actividad del autónomo está cambiando”.

En los últimos nueve años, España ha perdido un total de 224.211 autónomos personas físicas, un dato que ya muestra cierta recuperación desde el peor momento de la crisis, ya que en el primer trimestre de 2013 se marcó el mínimo de este periodo con algo menos de 1,9 millones de autónomos. Desde ese momento, se han recuperado un total de 101.428 empleos autónomos, hasta llegar a los cerca de dos millones que se registraron en julio de 2017. Esta mejoría resulta “engañosa” a ojos del secretario general de UPTA, porque a su juicio existe una “burbuja del emprendimiento” que, a través de las bonificaciones de la Seguridad Social, permite entrar al mercado autónomo a personas que no encuentran empleo en el mercado por cuenta ajena. “La burbuja del emprendimiento es algo que existe, (...) la gente sin trabajo se mete al autoempleo porque como existe la tarifa plana de 50 euros parece que es muy sencillo meterse y probar suerte”, asegura Abad. Respecto al futuro de los autónomos, Amor prevé que continúe el auge de las actividades profesionales en detrimento de los sectores tradicionales, mientras que Abad defiende la necesidad del emprendimiento de calidad frente a la cantidad. - Efe