madrid - Al segundo intento, el Gobierno español logró ayer sacar adelante en el Congreso el polémico decreto para reformar la estiba. En una sesión marcada por las enérgicas protestas de los estibadores, que siguieron la votación desde la tribuna, la abstención de PdeCat, la antigua Convergencia, permitió al PP evitar otro varapalo como el que sufrió hace dos meses y ver aprobada la reforma. La decisión del Congreso evita una multa millonaria al Estado español pero sitúa de nuevo sobre los puertos la sombra del conflicto.
Los sindicatos están dispuestos a negociar, y de hecho reconocen que este segundo decreto es mejor que el primero, pero por ahora mantienen el pulso y las convocatorias de huelga a partir del próximo miércoles día 24. En concreto, hay convocados paros en días alternos durante tres semanas, con lo que de llevar a cabo finalmente la huelga los puertos del Estado estarían prácticamente parados hasta el 12 de junio. El impacto económico sería relevante y afectaría también a Euskadi, ya que los trabajadores de los muelles de Bilbao y Pasaia ya han anunciado su participación en los paros.
La principal queja de los sindicatos es que la reforma no garantiza los puestos de trabajo. Antolín Goya, de la Coordinadora de Trabajadores del Mar, criticó la aprobación en el Congreso del decreto del Gobierno aunque reconoció que, a diferencia del primer borrador, el texto convalidado ayer “nos deja en una posición en la que podemos intentar resolver el conflicto”.
En ese sentido, Goya instó a la patronal del sector a sentarse a negociar el mismo lunes de cara a poder alcanzar un acuerdo que complemente la reforma del Ejecutivo y, vía negociación colectiva, incluya las principales demandas de los trabajadores. En estos momentos trabajan en los puertos del Estado unos 6.150 estibadores, unos 500 en la CAV. El temor sindical es que la liberalización y la entrada de nuevas empresas en el sector conlleve despidos y nuevas contrataciones en condiciones más baratas.
En todo caso, y a pesar de que el ministro de Fomento, Iñigo De la Serna, no ha logrado el apoyo de los trabajadores a este segundo decreto, el Gobierno se compromete a garantizar esos más de 6.000 empleos a través de un nuevo reglamento. La concreción de ese compromiso dependerá del desarrollo que tengan las negociaciones entre la patronal y los sindicatos a partir de la semana que viene, claves también de cara a la resolución del conflicto en los puertos.
Esa ventana que se deja abierta al mantenimiento de los puestos de trabajo, unida a algunas mejoras en las futuras condiciones y la potenciación de los puertos de Tarragona y Barcelona llevaron a los ocho representantes de PdeCat a abstenerse en la votación de ayer, lo que unido al apoyo de Ciudadanos y PNV permitieron al PP sacar adelante la reforma -174 votos a favor, 165 en contra y 8 abstenciones-.
Los estibadores presentes ayer en la Cámara Baja acabaron abandonando la tribuna entre protestas cuando hablaba el diputado del PP, Miguel Barrachina, a quien los trabajadores acusaron de ser “un provocador”. El debate incluyó continuos reproches entre los diputados del PP y los de Unidos Podemos, que aplaudieron en varias ocasiones las quejas de los estibadores con las correspondientes descalificaciones de los populares. “Todo lo que alimente la revolución socialista les viene bien”, llegó a decir Barrachina.
El ministro De la Serna, por su parte, pidió a los estibadores “sensatez y mesura” y aseguró que “no hay razones para la huelga, sino para el diálogo”.
Nuevo decreto. La reforma del Gobierno para liberalizar el sector abre la puerta a incluir en un reglamento el mantenimiento de los empleos y las condiciones de trabajo. Los sindicatos piden negociar ya con la patronal ese segundo documento, aunque mantienen las huelgas a partir del día 24.
6.150
Son los estibadores que operan en el Estado, 450 en Bilbao y unos 60 en Pasaia.