BILBAO - El consejero delegado del BBVA, Carlos Torres, presentó ante los accionistas los resultados, “muy positivos”, del banco en 2016 pues a pesar de un “entorno complejo” el beneficio atribuido “ha crecido un 31,5% hasta los 3.475 millones de euros”. Pese a esa evolución positiva el ambiente entre el colectivo de los trabajadores de la entidad no es tan favorable, en especial entre las personas que trabajan en las oficinas y dan servicio a los clientes, a las que el presidente Francisco González, se refirió como “son nuestros delanteros, los que meten los goles”.
En el transcurso de las intervenciones de los accionistas, todos los representantes de los trabajadores del banco que tomaron la palabra criticaron duramente la política de recursos humanos de la entidad financiera y los despidos “disfrazados de bajas voluntarias” que está llevando a cabo el BBVA para, según señalaron los representantes sindicales vascos, gallegos y catalanes que pidieron la palabra en la junta, adelgazar el banco y forzar una digitalización cuyos resultados también cuestionaron.
En opinión de los trabajadores, que efectuaron un llamamiento al diálogo y a la negociación, la dirección del banco ha apostado por la “presión y el amedrentamiento” contra su plantilla por medio de la realización de “despidos exprés”, sin que exista ningún aviso ni expediente previo.
Para ello, precisaron, “obligan a los jefes correspondientes a elaborar listas de trabajadores a quienes, de forma totalmente subjetiva, les achacan no tener suficiente compromiso hacia la empresa”. “No suficiente con esto, el banco está ejecutando una reducción de la plantilla, a la que ofrece salidas de la entidad supuestamente voluntarias, pero dejando al afectado prácticamente sin alternativa posible después de ejercer sobre el mismo una presión inaudita (en un despacho a solas con sus responsables jerárquicos y de RRHH y sin dejar entrar a los representantes sindicales)”. Los intervinientes calificaron está práctica de “despidos limpios” con apariencia de bajas voluntarias.
También criticaron la proliferación de jornadas laborales que sobrepasan el número de horas de trabajo sin límite algunos y sin remunerar.
Ante estas críticas, el presidente de BBVA, Francisco González, se defendió argumentando que la entidad tiene que “intentar tomar las medidas que puedan garantizar el empleo para la gran mayoría” de sus empleados, al tiempo que recordó que durante el periodo de la crisis la reducción de puestos de trabajo en el banco fue inferior a la media del sector financiero. González precisó que entre 2010 y 2015 hubo una reducción del 23% de los puestos de trabajo en el conjunto del sector financiero español, mientras que este recorte en el banco se situó en el 9%.
“Tenemos que intentar dirigir este banco de la mejor forma posible y ver los problemas que tenemos. Tenemos que ser un banco cada vez más eficiente y que pueda competir en el futuro, tanto en España como en el resto del mundo”. No obstante, González se mostró abierto al diálogo con los sindicatos. - X.A.